El conflicto de Israel y Palestina ha causado división entre las personas que han tomado partido con uno u otro bando. En redes se exhibe más el apoyo a los judíos y se exalta al estado israelita. Se le considera como una nación floreciente y desarrollada y se le compara con sus vecinos que viven en situación de pobreza. De los judíos se presume una gran cantidad de premios Nobel, grandes científicos, aportaciones de inventos como la máquina de coser Singer, destacados artistas, actores, directores de cine, empresarios, diseñadores de moda, periodistas, escritores, filósofos y músicos. Esta comparación es injusta y sólo conociendo un poco como viven los palestinos se podría entender.

      Pareciera que los ataques de hace unas semanas a Israel surgen de la nada, pero los enfrentamientos comenzaron antes de 1948 fecha de la proclamación del Estado de Israel. Se han desatado odios y mucha sangre. Mientras Israel crece boyante, Gaza es un lugar densamente poblado con 2.1 millones de personas que conviven en una situación humanitariamente preocupante donde más de la mitad de sus habitantes son menores. El Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres lo ha descrito como “el infierno en la tierra” y como la prisión más grande.

     En un documental de Netflix llamado “Nacido en Gaza”, varios niños platican su vida en este lugar y todo lo que tienen que enfrentar. Estos chicos viven entre los escombros de edificios que fueron destruidos por los misiles de Israel en guerras pasadas. El primero de ellos narra que tuvo que dejar la escuela para trabajar y que su familia tuviera algo para comer. Es recolector de botellas de plástico y otras cosas que encuentra en los basureros para vender con el riesgo de encontrar bombas que se puedan detonar. Otro chico cuenta que su padre era agricultor y que sus cosechas eran afectadas por la escasez de agua ya que Israel se las corta y por las bombas que arrojan. El papá de otro niño era chofer de una ambulancia y al ir a socorrer a unos heridos un misil los alcanzó y murió con los que iban en el vehículo.

Está el caso de un niño cuya familia era de pescadores pero la limitación del litoral por barcos israelitas impide que naveguen en aguas profundas para encontrar una buena pesca. Esta criatura de unos nueve años, jugaba en la playa con sus primos más pequeños y fueron alcanzados  por proyectiles que lanzó un buque israelita matando a los tres más chiquitos. Ellos expresaban sus sueños de querer ser doctores, maestros, pero tuvieron que interrumpir sus estudios para trabajar. Han caído bombas en hospitales y en escuelas que eran sitios que consideraban seguros. Uno de los chiquillos confiesa que quisiera unirse a la resistencia de Hamas para defenderse y parar esos ataques inexplicables para él, porque su familia no hace daño a nadie.

       La comunidad internacional desvía la mirada y la situación de bloqueo puede mantenerse indefinidamente debido a los grandes desequilibrios de poder. Naciones Unidas anunció una comisión internacional de investigación sobre las presuntas violaciones, y las conclusiones son que Israel debe poner fin a la ocupación y discriminación contra la población palestina lo cual parece muy difícil de cumplir.

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