En estos días la muerte se hace presente a través de distintas imágenes. Calaveras y criaturas del inframundo visitan el mundo de los vivos. Constituyen símbolos que durante octubre y noviembre coinciden en las celebraciones de Halloween y Día de Muertos. El mundo del más allá y el de los vivos convive y se une.
Hoy vivimos en un México violento y no sólo me refiero al México donde los asesinatos son cada vez más frecuentes sino también a la crueldad que los acompaña y que se vuelve cada vez más usual. La organización Causa en Común menciona a Chihuahua y Guanajuato como los estados donde se han cometido más atrocidades entre enero y septiembre de este año. Por atrocidad se considera el uso intencional de la fuerza física para causar muerte, laceración o maltrato extremo. Por mencionar algunas se registran actos de tortura, casos de mutilación, descuartizamiento y destrucción de cadáveres y asesinatos de mujeres con extrema crueldad. La normalización de la violencia y la crueldad se ha hecho popular manifestándose en algunos mercados con botes ensangrentados conteniendo cuerpos humanos desmembrados como decoración de Halloween. Un individuo llegó al extremo exhibiendo maniquís como cadáveres y una carretilla llena de miembros junto a una bolsa de basura en la que asomaba el rostro despedazado de un muerto. ¡Imaginen a esos niños y niñas que salen emocionados a recorrer calles para pedir dulces en las casas y se encuentren con un escenario macabro como éste! No sé si les provoque pesadillas durante algunas noches o se vayan insensibilizando de las atrocidades. Las decoraciones de embolsados por la noche de Halloween son consideradas por las autoridades como apología a la violencia.
Más leve pero desagradable me encontré un menú con especialidades acordes al festejo que ofrecía salchichas en forma de dedos desmembrados ensangrentados con cátchup. En lo personal la idea de que los infantes se emocionen por comer dedos humanos me parece atroz.
El comercio se actualiza y promueve disfraces de capos, metralletas y máscaras del Chapo. Las brujitas y fantasmas pierden popularidad. Lo grotesco y terrorífico se hace notorio.
Toda esta barbarie que se exalta en estas fechas con las decoraciones, transmite un mensaje simbólico en el que a través de las mutilaciones, el cuerpo es castigado al no tener las condiciones necesarias para la entrada al más allá.
Me atrae mucho más la idea de promover nuestro altar de muertos donde al encender las velas se menciona el nombre de los seres queridos que se nos han adelantado, recordarlos con amor y pedir a Dios que se encuentren en paz. Compartir recuerdos de ellos y pensar en un reencuentro cuando nos llegue el momento. Para las culturas prehispánicas, la muerte tenía gran importancia ya que en sus costumbres era concebida únicamente como un paso a otra mejor vida. En México, el culto a la muerte es visto con un sentido solemne, festivo, jocoso y religioso, el cual debemos conservar para que prevalezca.
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