Leer hoy es un acto revolucionario”.
Carlo Feltrinelli
Cada año el reencuentro con la Feria Internacional del Libro de Guadalajara es más entrañable. Este año entrevisto a más de una docena de autores, incluida Joana Marcús, una chica española de 23 años que ha alcanzado un éxito de ventas extraordinario.
De niña, Joana aborrecía la lectura. Los maestros la hacían leer en voz alta frente a sus compañeros, pero lo hacía con tropezones que la hacían sentirse humillada. A los nueve años le diagnosticaron dislexia y una terapeuta le recomendó leer media hora al día. Así dio inicio su amor por los libros. A los 11 empezó a leer en la plataforma Wattpad y a los 13 comenzó a publicar ahí mismo. Hoy, mientras estudia psicología en la universidad, se ha convertido en una de las autoras más vendidas del mundo. En la FIL de Guadalajara está presentando Las luces de febrero, cuarta novela de su serie Meses a tu lado.
Los autores jóvenes vienen acompañados de lectores nuevos y ratifican que los libros no están en vías de extinción. Quizá no se publican ya siempre en papel, pero la lectura en impreso, libro electrónico o aplicación abre puertas a ideas, universos imaginarios, conocimiento y reflexión.
La FIL de Guadalajara, fundada en 1987, es quizá el evento cultural más importante de México, pero ha enfrentado a una hostilidad política inimaginable. En 2022 el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, mandó a manifestantes a protestar en su contra. Este año, aunque no acudió, ordenó a su secretario de gobierno, Enrique Ibarra, que lo representara en la inauguración y señalara que hay “una nueva relación entre la FIL y el gobierno del estado”. En cambio, el presidente López Obrador, que el año pasado se refirió a la FIL como “un foro del conservadurismo”, nuevamente ha impedido que sus funcionarios asistan, lo cual refleja su odio a la cultura, los libros y el pensamiento independiente. Ni siquiera su candidata Claudia Sheinbaum quiso mancharse con el lodo de los libros. Leer es peligroso.
La FIL es la segunda feria más importante del mundo por número de editoriales, después de Francfort, pero la más concurrida, con 850 mil visitantes. En 2020 recibió el Premio Princesa de Asturias; en 2022, la Orden de Rio Branco de Brasil. En este 2023 participan 650 escritores; hay 630 presentaciones de libros; asisten editoriales de 59 países y escritores de 45, con más de 70 autores de la Unión Europea, invitado especial, que ha traído también a escritores ucranianos. Ningún otro programa cultural en México tiene la proyección de la FIL.
Este ha sido el primer año sin Raúl Padilla, el fundador que se quitó la vida el pasado 2 de abril. La organización ha quedado en manos de Marisol Schulz, quien ya realizaba el trabajo operativo. El rector de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva, habló en la inauguración de ese “Raúl Padilla, el loco”, que se atrevió a soñar en medio de una crisis económica con una feria del libro y que hoy habría pedido “que dejemos atrás las lágrimas y hagamos una gran fiesta”. La fiesta se está realizando con figuras como Coral Bracho, Cristina Rivera Garza, Dacia Maraini, Juan Villoro, Antonio Muñoz Molina, Tute, Alberto Ruy Sánchez y cientos más. Están los autores establecidos, pero también muchos jóvenes que son la apuesta por el futuro.
Yo he venido a la FIL desde 1987, cuando era director editorial de la Encyclopaedia Britannica en Iberoamérica. Regreso desde hace años como periodista. Gozo los libros y la diversidad de ideas, cosa que no comprenden los defensores del pensamiento unificado, del estalinismo. Afortunadamente las letras no se ciñen nunca a una sola ideología. “Más libros, más libres”, decía Enrique Tierno Galán, como recordó el embajador Gautier Mignot de la Unión Europea.
Caifanes
En medio de la FIL me encuentro en un concierto de Caifanes. El foro está abarrotado con jóvenes que no habían nacido cuando el grupo alcanzó la fama, pero que se saben todas sus canciones. ¡Una gran experiencia! Gracias, Saúl Hernández, por invitarme.
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