Algunos aman y esperan esta estación y otros todo lo contrario, aunque popularmente hablando es una de las estaciones que menos entusiasmo recibe. El invierno es la estación más fría del año y la más difícil de soportar para la mayoría. Las bajas temperaturas consiguen modificar nuestra rutina y en muchas ocasiones lo único que añoramos es manta y sofá. Pero el invierno tiene su propia belleza
Es la estación que se encuentra después del otoño y antes de la primavera. La palabra invierno proviene del español antiguo ivierno,? y este del latín vulgar hibernum, que significa ‘relativo al invierno’ y que, a su vez, emana de hiems que puede traducirse como frio. En el hemisferio norte esta estación comienza con el solsticio de invierno, que ocurre el 22 de diciembre y que dura hasta el 21 de marzo, pero en el hemisferio sur, en cambio, el invierno va desde el 21 de junio hasta el 21 de septiembre. Las fechas puedes variar ligeramente según el año.
Según la mitología griega el invierno es producido por Deméter, la diosa de la cosecha, la agricultura y la fertilidad. Esto ocurre cuando el dios del inframundo, Hades, rapta a Perséfone (hija de Démeter y de Zeus) para hacerla su esposa y, a través de un engaño, la hace comer semillas de granada, que la obligarán a quedarse en el inframundo para siempre. Démeter sin su hija no tiene felicidad y descuida a la tierra, quedando desolada, sin plantas y sin vida. Zeus al ver esto llega a un acuerdo con Hades para que Perséfone pase seis meses con su madre y seis meses con su esposo. Mientras su hija está en el inframundo, Démeter se entristece y provoca el otoño y el invierno.
En la mitología vikinga el invierno está representado por la diosa giganta Skaði, quien está asociada al arco y a las mujeres independientes. Por su parte, en la mitología japonesa, el invierno está representado por la dama de las nieves, Yuki-Onna, una mujer joven de cabello negro largo y labios morados, debido a que murió atrapada por la nieve. Las leyendas aseguran que su espíritu da muerte pacífica a los malheridos y a los viajeros perdidos en la nieve.
Al mismo tiempo que en la Europa cristiana, se celebraba el nacimiento de Jesús, los habitantes del valle de Anáhuac hacían los preparativos para celebrar el nacimiento del niño Sol. Es el primer día de Panquetzaliztli. En este mes se festeja el nacimiento de un nuevo sol llamado Huitzilopochtli en el solsticio de invierno y con esto la llegada de un vigor a toda la gente, se puede observar como el sol llega hasta el límite izquierdo del poniente y comienza su camino hacia el lado derecho. El 21 de diciembre, el Sol ya había recorrido la bóveda celeste y había muerto el 20 de diciembre. El Sol se iba a Mictlán(Lugar del ritual de Muertos) donde se transmutaba en forma de colibrí para regresar al origen.
La relación entre invierno y Navidad está fuertemente arraigada en las tradiciones culturales de muchas regiones del mundo, especialmente en aquellas donde se celebra la Navidad como una festividad asociada al cristianismo. El invierno a menudo se asocia con la oscuridad y el frío, mientras que la Navidad trae consigo símbolos de luz y calor. Las luces navideñas, las velas y la decoración brillante suelen utilizarse para iluminar los lugares durante la temporada oscura del invierno.
La celebración de la Navidad tiene sus raíces en la historia cristiana, específicamente en el nacimiento de Jesucristo. Aunque la fecha exacta del nacimiento de Jesús no se menciona en la Biblia, la elección del 25 de diciembre coincidió con festividades paganas existentes en la antigüedad que celebraban la renovación de la luz durante el solsticio de invierno.
Durante el invierno, muchas culturas celebran diversas festividades y eventos que a menudo están vinculados a la Navidad. Estos eventos incluyen intercambios de regalos, reuniones familiares, banquetes y actividades que simbolizan la generosidad y la solidaridad. No sólo es mercantilista.
La mención de la “renovación de la luz durante el solsticio de invierno” hace referencia a un fenómeno astronómico que ha tenido influencia en diversas celebraciones a lo largo de la historia, marca también el punto en el cual los días comienzan a alargarse nuevamente, y la cantidad de luz diurna aumenta progresivamente. En términos astronómicos, este es el inicio del invierno, pero simbólicamente representa el renacer de la luz y el retorno gradual de días más largos.
Muchas culturas antiguas celebraban el solsticio de invierno como un evento significativo, ya que simbolizaba la esperanza de que, a pesar del frío y la oscuridad del invierno, la luz y el calor del sol eventualmente regresarían. En algunas tradiciones, esto se ha asociado con la idea de renovación, renacimiento y el triunfo de la luz sobre la oscuridad.
Sin importar el lugar del mundo donde se encuentren las distintas civilizaciones realizaron fiestas, ceremonias, rituales y convivios para recordar el paso del sol a una nueva regeneración y oportunidad de continuar la vida y celebrarla. Renace la esperanza de un mundo mejor, en paz.
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