Durante la temporada navideña pasé unos días en Yucatán. Queriendo conocer la percepción de la gente sobre el Tren Maya estuve preguntando a distintas personas sobre el tema. Muy divididas las opiniones: hay quienes se muestran emocionados con este proyecto que les resulta novedoso y confían que traerá conectividad y desarrollo turístico a Yucatán, además que valoran que un Gobierno federal haya volteado a ver al sureste usualmente olvidado. Por otro lado están los detractores que señalan el daño a los ecosistemas, inversiones adicionales que ahora exigen 120 mil millones de pesos más, lo que conlleva a un sobrecosto de 364%, y sobre todo la desconfianza en los resultados de otros proyectos de AMLO, como el aeropuerto AIFA que carece de las licencias necesarias y que tiene que ser subsidiado, y el de la refinería Dos Bocas que no refina, que atestiguan su inutilidad. Para rematarla ahora aparece un conflicto de intereses de un hijo del presidente relacionado con el Tren Maya.
Siguiendo en este tenor de agradar al sureste considerando a Yucatán, AMLO declara al 2024 “Año de Felipe Carrillo Puerto”, personaje originario de Motul, Yucatán. De esta forma el presidente potencializa su popularidad enorgulleciendo a los yucatecos. Por cierto, el gobernador panista de la entidad, Lic. Mauricio Vila a través de una coordinación efectiva con la federación logró un buen desarrollo para su estado, reduciendo los índices de pobreza significativamente y generando inversiones y empleo. Por otro lado, sin embargo, el alcalde de extracción priista de Motul ha aprovechado las circunstancias de la distinción al honorable Felipe Carrillo Puerto para lambisconear al presidente y con descarado arrojo decidió nombrarlo “Héroe Nacional” sólo porque él y su cabildo así lo decidieron sin consulta a la ciudadanía. De paso anuncia que todas las fachadas del centro de la ciudad se pintarían de color guinda aludiendo al color distintivo del partido Morena, cuando éste es de hecho un color que ha prevalecido en las haciendas yucatecas. Se evidencia el interés del alcalde por un hueso dejando por un lado los típicos huevos motuleños.
Esa actitud de conveniencia hacia el titular del ejecutivo y a Morena, coincide con otros políticos de la oposición que deciden sumarse a Morena por falta de oportunidades en sus partidos actuales, o bien por el ejercicio de conductas reprobables, como es el caso de este alcalde motuleño que ha sido expulsado de su partido el PRI por actos de deshonestidad y deslealtad, en adición al haber estado sujeto de denuncias por el delito de peculado en la contratación y ejecución de obra pública.
Por todo lo anterior, es concluyente la infiltración de este perfil de políticos que se han sumado a un movimiento que con falsedad trata de mostrarse a la sociedad como honesto, decente y honorable, enturbiando en este caso los aires del Mayab.