“El presidente Trump. va a enfrentar el poder de las élites”.
Kevin Roberts, Heritage Foundation
Si hoy hubiera elecciones en Estados Unidos las encuestas sugieren que el ganador sería Donald Trump. Esta posibilidad se ha fortalecido con el claro triunfo de Trump en las reuniones políticas republicanas, caucauses, de Iowa. Tanto los republicanos como los demócratas estadounidenses con los que he conversado en Davos sugieren que el tema que está llevando a Trump al triunfo es la inmigración ilegal.
En una mesa de discusión ayer titulada “¿Qué esperar de un posible gobierno republicano?”, la primera respuesta, en la que todos los panelistas coincidieron, es que Trump será el candidato republicano. Cuando el moderador, el británico sir Robin Niblett, preguntó a los participantes cuáles serían las políticas de Trump, la respuesta de Kevin Roberts, presidente de la Heritage Foundation, una organización conservadora que ya está trabajando en seleccionar a candidatos para los posibles cargos del nuevo gobierno, fue contundente: “Primero, todo lo que propone el Foro Económico Mundial debe ser descartado. Quien no esté preparado para hacerlo, no puede ser parte del nuevo gobierno de Trump”.
“Las élites [de Davos] nos dicen que las fronteras abiertas e incluso la inmigración ilegal están bien”, mientras que “la persona promedio en Estados Unidos” protesta que “la despojan del American way of life”. “Las élites también nos dicen que la seguridad pública no es un problema en las grandes ciudades estadounidenses”, pero la gente común y corriente señala que la falta de seguridad pública amenaza “no solo el American way of life, sino su propia vida”. “Las élites nos dicen que tenemos una crisis existencial por el llamado cambio climático”, pero las soluciones que proponen “son peores y cuestan más vidas humanas. que el problema mismo”. China representa el mayor peligro no solo para Estados Unidos sino para el mundo, pero en Davos se le da una plataforma a China. Las élites de Davos, junto con la Organización Mundial de la Salud, están discutiendo imponer una “ideología de género en el sur global”. El nuevo presidente, especialmente si es Donald Trump, “tendrá el poder del pueblo estadounidense” para echar atrás estas y otras políticas del WEF.
No todos los panelistas estuvieron de acuerdo, cierto, pero no hay duda de que la Heritage Foundation representa las posiciones de Trump. En lo que sí coincidieron todos es que “la política migratoria” de Estados Unidos “es un caos en este momento”. Me sorprendió, de hecho, en este Foro que todos los estadounidenses, al saber que era mexicano, me manifestaban su preocupación por el “desastre de la frontera”.
Ni Trump ni muchos de sus seguidores son realmente demócratas. Cuando Gerard Baker del Wall Street Journal le preguntó al trumpista Roberts si estaría dispuesto a reconocer una derrota de Trump, este respondió: “Aceptaremos los resultados de la elección si hay integridad electoral”. Me recordó las palabras de Trump de 2016: “Aceptaré totalmente los resultados. si ganó”.
Ni la falta de convicciones democráticas, ni los procesos legales que Trump está enfrentado por acusaciones tan diversas como instigación a la rebelión, interferencia en el proceso electoral de Georgia, pagos ilegales para silenciar un encuentro sexual y posesión de documentos gubernamentales confidenciales, han afectado su popularidad hasta ahora.
Los electores perciben a Trump como enérgico y carismático a los 77 años, mientras que el presidente Joe Biden, a los 81, les parece débil y titubeante. Más que la imagen, sin embargo, parece que el tema que puede llevar a Trump de regreso a la Casa Blanca es el de la migración ilegal, el mismo que le dio el triunfo en 2016.
Carajo
Kristian Santana, de 40 años, y su hijo Santiago, de 14, fueron secuestrados en Zapopan, Jalisco, el pasado 13 de enero. Sus cuerpos sin vida fueron encontrados ayer. Dante y Axel, de seis y cuatro años, han quedado huérfanos y han perdido a su hermano mayor. ¿Por qué, carajos, por qué?
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