Un experto en salud es un individuo con conocimientos especializados, habilidades y experiencia en el campo de la salud, con educación formal y entrenamiento en disciplinas relevantes como medicina, enfermería, salud pública, epidemiología o materias relacionadas. También cuentan con experiencia sustantiva en los campos en los que se desempeñan, que van desde la práctica clínica, investigación, docencia, administración o dirección.
Esta “especialización” o profundo saber en un área específica de la prestación de servicios clínicos, varía desde enfermedades infecciosas o transmisibles, condiciones crónicas, nutrición, salud mental o políticas públicas, por citar algunos ejemplos. Muchos de ellos tienen publicaciones o artículos de revisión por pares, presentaciones en conferencias y contribuciones al avance científico en diferentes rubros de su quehacer diario.
Las habilidades de un experto en salud no solamente se encuadran en un robusto conocimiento clínico o cuidado del paciente, sino que demuestran habilidades analíticas para la interpretación de datos y realizan inferencias con base a evidencias. De la misma manera, tienen habilidades de comunicación para entablar contacto con el público, otros colegas o profesionales y autoridades incluso. Por último y no menos importante, demuestran competencia para solucionar problemas y tienen una capacidad de adaptación para la siempre cambiante realidad de la salud, además de tener un sustento y marco ético sólido que les permite tener credibilidad.
Es importante dejar en claro que estas son características de un “experto en salud” y varios de ellos tienen también la experiencia de haber ocupado (o estar desempeñando) cargos públicos o liderazgo institucional. Sin embargo, no necesariamente alguien que ha desempeñado estos cargos cumple con estas características de ser un verdadero experto, por lo que hay que ser cautelosos con su integración a estos grupos de trabajo de los políticos.
Ahora, ¿por qué para un político sería importante escuchar a expertos en salud, especialmente en estos tiempos de campañas y elecciones?
1) Porque el conocimiento de estos expertos puede tener un impacto significativo en la salud pública y al escuchar sus consejos, los políticos (muchos de ellos iletrados en la materia) pueden tomar decisiones mejor informadas que se traduzcan en el bienestar de la población, apoyándose en esa capacidad de analizar datos y trabajar con evidencia.
2) El manejo de potenciales crisis, como la pandemia vivida hace algunos cercanos ayeres, se vuelve más eficiente al atender recomendaciones de expertos para tomar medidas apropiadas y en tiempo, para mitigar el impacto de estos problemas sanitarios en la sociedad.
3) Al alinear políticas públicas con recomendaciones sensatas y sustentadas, los políticos pueden elevar la confianza del público, demostrando compromiso tangible de priorizar la salud y el bienestar de las personas.
4) Los problemas de salud trascienden en multitud de ocasiones a nivel global, por lo que apoyarse en expertos (que tienen redes de comunicación y colaboración sólidas) permite ese intercambio de información y consejería para atender problemas de salud pública.
5) Los expertos pueden apoyar a los políticos para la planificación a largo plazo, apelando a diseñar medidas de salud preventivas, desarrollo de infraestructura y estrategias de promoción de la salud de la población.
6) Tener apoyo de expertos permite a los políticos sustentar de manera responsable su toma de decisiones, ayudándolos incluso a salir airosos ante críticas o dudas de la población.
Por lo anterior, en los tiempos que cursan, debería ser obligación de los políticos aspirantes a desempeñar un puesto de elección popular el rodearse de expertos en materia sanitaria para integrar propuestas sensatas, planes de trabajo asequibles y tomar decisiones razonadas y efectivas que redunden verdaderamente en la mejora de la salud poblacional y el bienestar de los individuos. ¡Políticos, hagan bien las cosas, escuchando e integrando a expertos en salud! Es tiempo.
Médico Especialista en Patología Clínica, Profesor Universitario y promotor de la donación voluntaria de sangre.