Estamos por terminar el mes de enero, la ONU ha planteado en estos días el Día de la Educación y el de Energías limpias por lo que me permito hacer una reflexión sobre el desarrollo sustentable el cual urge en estos momentos de la humanidad.
La energía afronta un doble desafío: no dejar a nadie atrás y proteger el Planeta. Y para conseguirlo, la energía limpia es clave. En un mundo en lucha contra el cambio climático, la energía limpia reduce emisiones y tiene la capacidad de distribuir electricidad en aquellas comunidades que carecen de acceso a fuentes de energía confiables.
La conexión entre energía limpia, desarrollo socioeconómico y sostenibilidad ambiental es crucial para abordar los problemas a los que se enfrentan las comunidades vulnerables en todo el mundo. También es un objetivo de la educación.
En las poblaciones sin acceso a energía limpia, la falta de seguridad de suministro energético obstaculiza la educación, la atención médica y las oportunidades económicas, y muchas de estas regiones en desarrollo todavía dependen en gran medida de combustibles fósiles contaminantes para su vida diaria, lo que perpetúa la pobreza.
Según los científicos, para evitar los impactos más negativos del cambio climático, es necesario reducir las emisiones de dióxido de carbono a casi la mitad en 2030 y alcanzar las cero emisiones netas en el año 2050. Los combustibles fósiles siguen liderando la mayor parte de la producción energética, aunque las fuentes de energía más limpias, tales como la energía eólica, solar, geotérmica, hidroeléctrica van ganando terreno.
Las fuentes de energías renovables, que se encuentran en abundancia en nuestro entorno, ya sean aportadas por el Sol, el viento, el agua, los residuos o el mismo calor de la Tierra, son renovadas por la propia naturaleza y emiten pocos (o ningún) contaminante o gases de efecto invernadero en el aire.
Mejorar la eficiencia energética es clave. Se trata de consumir menos energía para obtener los mismos resultados, mediante tecnologías más eficientes en los sectores del transporte, la vivienda, el alumbrado y los aparatos eléctricos. Se ahorra dinero, se contamina menos y se contribuye a garantizar el acceso universal a la energía sostenible. Esto se enseña desde los ámbitos educativos a las nuevas generaciones.
La Asamblea General declaró el Día Internacional de la Energía Limpia el 26 de enero con el fin de concienciar y movilizar hacia una transición justa e inclusiva hacia la energía limpia en beneficio de las personas y el planeta.
En educación, el Sistema Preventivo de Don Bosco trata de hacer que los jóvenes se desarrollen en un ambiente educativo donde las relaciones de cercanía, unas normas razonables y una preocupación por el desarrollo integral de la persona hagan de él o ella un sujeto activo en su proceso de enseñanza-aprendizaje.
Don Bosco destaca la distancia que existía entre el joven sujeto de la educación y su superior entendido como el educador o profesor en términos modernos. El castigo físico era la única manera de garantizar el orden en este tipo de sistema y del mismo, por ello señalaría que este no tiene la garantía de una formación real en valores a largo plazo.
El sistema represivo puede impedir un desorden, sin embargo, con dificultad puede hacer mejores a los que delinquen. Se ha observado que las y los muchachos no olvidan los castigos que se les han dado; y que, por lo general, conservan amargor junto con el deseo de sacudir el yugo de la autoridad y aun de tomar venganza. Todavía en el siglo XXI existen sociedades en donde no se concibe una educación sin ellos.
Algunos elementos del sistema preventivo son los siguientes: El adulto-educador-formador debe ser una persona de vocación por el oficio educativo y no practicar esto como un mero oficio. El joven nunca debe estar solo, sino sentirse siempre acompañado. La asistencia no es vigilancia o guardia de chicos (as), sino una presencia formativa y constructiva. Las actividades lúdicas, recreativas, deportivas y artísticas son esenciales en la formación del joven. que traducido en términos modernos implica la educación en la libertad responsable del joven y en el apoyo a sus talentos.
La práctica de piedad y la fidelidad a la propia religión y fe. Es de resaltar que Don Bosco, siendo sacerdote católico de un tiempo sumamente conservador en la historia de la Iglesia, no expresa ningún tipo de coerción o propaganda religiosa: “No se ha de obligar jamás a los alumnos a frecuentar los sacramentos, pero sí se les debe animar y darles comodidad para que los aprovechen”. Insistía en la elección de “buenas compañías”, así como la selección de buenas lecturas.
La pedagogía de Don Bosco o Sistema Preventivo tiene como objetivo fundamental la educación integral de las y los jóvenes, en un ambiente educativo de cercanía y confianza, donde se sientan queridos y aceptados. ¿No será algo que sigue faltando en muchas actividades educativas tanto familiares como escolares?
¡Por la Construcción de una Cultura de Paz!
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