El destino de México se define en buena parte el 2 de junio del presente y en mi opinión, la caballada (yeguada) está flaca, ni Claudia con el militarismo y su continuidad del lopezobradorismo, ni Xóchitl con sus gracejadas y sus malas compañías me convencen para gobernar un México en llamas.

Lo sé, no mencioné a Jorge Álvarez Máynez de Movimiento Ciudadano porque no me he sentido bien y no estoy para bromas; y tan considero a MC como una mala broma, que si fuera a votar en Monterrey, nunca votaría por una chamaca, “influencer” les dicen, cuyas virtudes son: vacilar en Internet, usar tenis naranjas, tener prohibido enseñar las piernas y ser esposa del “macho” que, como cacique y en total opacidad gobierna (es un decir) en Nuevo León.

Dicho lo anterior y dado que José Elías Romero Apis, a quién leo con avidez en el periódico Excélsior, y a quién respeto como pensador y analista político expresa que: “Lo que no se vale será no votar”, me permito citar las reflexiones que compartió en su artículo titulado “La Republica Indecisa” el 5 de enero del presente: “No tenemos una idea clara de las cualidades y atributos que debiera tener la próxima presidenta mexicana. Podemos pensar en la inteligencia, la valentía o la bondad. Podemos pensar en la lealtad, la honestidad o la humildad. Podemos pensar en el patriotismo, la grandeza o la justicia. Podemos pensar en la imagen, el estilo o la elocuencia. Podemos pensar en el conocimiento, la experiencia o el prestigio.

Nos preocupa que ellas pudieran pensar que la seguridad es un asunto de policías y patrullas, que la educación es un tema de libros de texto o que la salud es una cuestión de farmacias. Eso sería tan absurdo como confundir la democracia con la libertad, o la soberanía con la independencia, o la justicia con la igualdad.

También debe considerarse a los que las van a rodear porque el equipo es muy importante. Así que imagine por unos segundos al secretario de Gobernación o al secretario de Hacienda que tendrían. Ahora va más difícil y piense en el secretario de Salud y en el secretario de Educación. Bueno, piense en los directores de Pemex y del IMSS. Si ya se asustó con lo que estamos haciendo descanse un rato y respire profundo.

Lo que no se vale será no votar. Tomemos nuestras decisiones y no nos quejemos de que otros las toman por nosotros. Al final de cuentas, el país es nuestro, aunque no lo parezca. Son dos minutos dentro de una casilla electoral que deciden nuestros próximos 20 o 40 años mexicanos.”

Lo primero que se me viene a la mente, es que no puedo tomar mis propias decisiones, dado que las opciones que tengo en la boleta no son, por mucho, las que yo querría, sino las que de manera abusiva y antidemocrática (Ebrard dixit), en mi opinión nos imponen los Partidos Políticos y sus cacicazgos, que las más de las veces no son las mejores opciones ni l@s mejores mexican@s; me explico, por parte de Morena me hubiera gustado un candidat@ con ideas propias y no una calca de YSQ y de parte del Frente Amplio X México, al margen de la farsa tramposa que fue la supuesta selección democrática de Xóchitl (con ciudadanos registrados que no votaron), me hubiera gustado un candidat@ con el palmarés político, el carácter, la visión nacionalista, la independencia y la experiencia de Beatriz Paredes (características por las que opino, Alito la dejó fuera del senado), ello al margen de que en lo personal luché por años contra la corrupción del PRI. Conclusión, aun votando el 2 de junio, no será mi decisión ni mi selección quién gane la elección, pues ninguna de las dos me convence.

Dicho lo anterior, hago el ejercicio recomendado por Romero Apis e imagino el equipo de Claudia: en Salud a López Gatell (el doctor muerte), en Seguridad a Salgado Macedonio (para controlar a sus amigos), en Hacienda a René Bejarano (bueno pa´ los dineros), en Gobernación a Ernestina Godoy (no me vengan con que la ley es la ley) y en Educación a Fernández Noroña (finísima persona),… y me dan ñañaras; por los frentistas, imagino a Xóchitl nombrando en Hacienda a Creel (El Señor de los Casinos), en Gobernación a Alito Moreno (por ser muy cabrón, Xóchitl dixit), en Seguridad a García Cabeza de Vaca (por sus relaciones “non sanctas”), en Educación a Manlio Fabio Beltrones (Maquiavelo), en Agricultura a Silvano Aureoles (por si se despenaliza la marigüana), en Salud a Moreira (brindando por el endeudamiento de Coahuila) y en Obras Públicas a Marko negociando obras y contratos,… y me dan mareos. Lo que me lleva a cuestionar si alguna merece mi voto o de plano me espero al 2030 para ver si en la boleta hay alguien que valga la pena, ese es mi dilema, por un lado el respeto que le tengo a Romero Apis y sus consejos y por el otro el valor que tiene mi voto y a quien se lo otorgo que valga la pena… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Escritor y soñador

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