Las teorías científicas deben ser permanentemente verificadas.  A diferencia del conocimiento teológico en donde “la palabra de Dios” es absoluta e inmutable, el conocimiento científico se encuentra en un estado de permanente actualización. Todas nuestras teorías deber ser continuamente puestas a prueba y si fallan deben de ser modificadas o abandonadas.  Las predicciones de toda teoría están en constante estado de verificación igual que los resultados de investigación reportados por todos los investigadores del mundo.  Los resultados científicos solo son aceptados por una comunidad cuando los resultados entre diversos grupos e investigadores coinciden.  Esto a diferencia de la pseudo ciencia en donde raramente se contrastan resultados y si no hay coincidencia tampoco es motivo de preocupación.  Por ejemplo las predicciones de dos astrólogos pueden ser completamente diferentes.

La teoría de la “Electrodinámica Cuántica” (QED, por sus siglas en inglés) describe la interacción entre partículas cargadas eléctricamente, como los electrones, y la luz. La prestigiada revista “Nature” reportó el pasado 25 de enero cómo esta teoría fue exitosamente puesta a prueba en presencia de campos electromagnéticos extremos como los que existen alrededor y muy cerca de los más grandes núcleos atómicos.  La teoría QED es parte integral del llamado “Modelo Estándar” de la física y su verificación en todos los escenarios imaginables es crucial. Un fallo en la verificación de esta teoría podría sugerir que el Modelo Estándar requiere de importantes adecuaciones. Los investigadores del “Centro para el estudio de Iones pesados” localizado en la ciudad de Darmstadt, en Alemania, tomaron núcleos de uranio -que contiene 92 protones- y produce a su alrededor un campo eléctrico mayor que cualquier campo eléctrico producido por humanos.  Estos átomos de uranio se ionizaron quitándoles todos los electrones que les rodean excepto dos y se le conoce como “ion de uranio parecido al helio”, pues el átomo de helio en su estado normal tiene siempre dos electrones a su alrededor.  Estos átomos ionizados de uranio entran en una cámara que contiene nitrógeno e instrumentos con los cuales se puede remover uno solo de los electrones que después es recuperado, pero en el proceso de pérdida y recuperación del electrón, los electrones pasaran a niveles energéticos emitiendo rayos X que pueden ser estudiados para determinar la energía de cada transición electrónica.  Se encontró que la energía observada de los rayos X y por tanto de las transiciones de los electrones sometidos a intensos campos eléctricos junto al núcleo de uranio, concuerdan perfectamente con las predicciones de la teoría QED. 

 

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