“Comerciante de influencias burocráticas e intereses específicos… excelente para desaparecer multas o acelerar permisos, para convencer al juez o conseguir amparos”; la descripción nos remite a los coyotes, integrantes esenciales de la fauna urbana latinoamericana, también agrupados bajo el genérico término de “gestores”.

Con un personaje como estos, Huan Himeno, un gestor devenido en detective privado a instancias de la calentura por una clienta que lo avasalla con sus bíceps y sensualidad, se inicia la búsqueda de un científico raptado por el hampa jalisciense para convertir en realidad una utopía hollywoodense. 

Ella guardó silencio (NitroPress, 2023), nueva colección de relatos de Cástulo Aceves, amalgama historias que nos hablan de un presente tecnodigital constreñido dentro de las violentas fronteras analógicas del crimen organizado que se asoma en los más inesperados resquicios de la vida cotidiana. Bajo el formato de la novela negra, los detectives o hackers de alquiler de Aceves se enfrentan, sin desearlo realmente, a fuerzas oscuras y violentas que han permeado hasta la intimidad de las alcobas. 

Ingeniero en sistemas computacionales, Aceves integra con mucho acierto y una dosis envidiable de humor, nuestras relaciones mediadas con las redes sociales, las perversiones de los homo videns, el desarrollo de sectas dataístas, los límites de la realidad aumentada, o aspectos más trascendentales, como la carga o transferencia de la mente humana a recipientes digitales. 

El lector, de la mano de sus personajes y gracias a la estructura de los relatos, se encontrará en el lugar del hombre que busca desentrañar el misterio, una reconciliación familiar o acallar una obsesión crónica; y, junto a sus guías en la ruta del descubrimiento o la iluminación, compartirá epifanías o castigos inimaginados.

Vale la pena leer el nuevo libro de Cástulo Aceves, Ella guardó silencio, pues condensa en pocas páginas, con un lenguaje accesible, los enormes retos que enfrentamos como usuarios tecnológicos y como agentes de una sociedad explotada por bandas criminales.

Comentarios a mi correo electrónico: panquevadas@gmail.com

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