El miedo es una de esas sensaciones incómodas, con sus variantes de angustia, fobias y demás dispersiones psíquicas y que todos padecemos sus consecuencias alguna vez en la vida. 

Millones de personas fueron educadas en la religión del miedo. Freud advierte que el miedo penetra como la humedad y se apodera de nosotros, transformándose en una agobiante carga que asfixia e impide razonar y moverse. El recurso del miedo ha sido utilizado desde antaño por instituciones autocráticas que buscan inhibir a las personas en la búsqueda de nuevos paradigmas y su libertad. Los políticos, las oligarquías económicas y religiosas, son perversos expertos en mecanismos del miedo como medio de control, para conservar el statu quo: “Es mejor malo por conocido que bueno por conocer”. 

Cuenta la doctora Claudia Sheinbaum que, estando de campaña por Guanajuato, se le acercó una señora para saludarla y pedirle “que por favor no fuera a cerrar los templos”. Sorprendida por tan extraña petición, Claudia la tranquilizó asegurándole que “nadie, siquiera, estaba imaginando una acción tan absurda como cerrar templos”. Continuó… “A falta de propuestas, son borregos que suelta el PRIAN porque están desesperados, ven imposible remontar treinta puntos de ventaja de Morena y sus aliados”. 

En las últimas semanas, los mexicanos han sido bombardeados por cualquier cantidad de rumores y afirmaciones falsas y enfermizas contra la candidata de Morena. Pero gracias a que la mayoría de los ciudadanos son personas con ideas y no con creencias, han sido capaces de discernir entre una noticia verdadera y una falsa: “Que ya viene el comunismo, que Morena es un partido diabólico, que Claudia será una dictadora, que México va por el mismo camino de Venezuela, que acabarán con la propiedad privada e impondrán una nueva constitución…” entre otros. Es claro que los rumorólogos agradan y seducen a los que incuban un acendrado odio contra AMLO. 

Lo mismo decían sobre él: Que se quedaría en el poder como un dictadorzuelo y que implantaría un régimen comunista… entre otros más. Pero el Presidente ya se va, los bancos y otros ganaron más que nunca, fue histórico el flujo de capitales al país y no se cumplió  ningún rumor catastrófico de sus detractores. 

El expresidente Felipe Calderón conocía de estos artilugios del poder; por lo tanto, en la campaña presidencial del 2006, contrató al español Antonio Sola, maestro de la ficción del miedo en campañas políticas, para sembrar el terror contra AMLO. También, lo utilizó el conservador Consejo Mexicano de Negocios, los 50 más ricos de México, como parte de la campaña negra para impedir por tercera ocasión el triunfo de López Obrador, pero ya sin resultados, porque es el mismo espantapájaros que ya no espanta, que solamente sorprende a un reducido sector que son personas de creencias y no de ideas.

Históricamente, México ha vivido dominado por creencias que nos han impedido avanzar. Dice Ortega y Gasset que el hombre con ideas se cuestiona y es capaz de cambiar y mejorar. En cambio, una persona con creencias está llena de prejuicios, de sus propias opiniones inamovibles, sin cuestionar los resultados y las quiere imponer a los demás como una verdad incuestionable. 

En el 2018, en México, pese a la cultura de la manipulación del miedo, más de treinta millones de mexicanos echaron a los partidos de siempre y lograron liberarse de sus atavismos, miedos y creencias; en las urnas redimieron toda su frustración y coraje y liberaron el inconsciente. 

Esta rebelión pacífica, casi extermina a los partidos que hibernaban en su zona de confort, alternándose en un tête à tête el poder, apoltronados en los abusos. La decisión de 31 millones de mexicanos fue decirle “no” al miedo, “no” a los agoreros de la tragedia, “sí” a abrazar una esperanza, sin que esto impida criticar al gobierno en turno. 

Ahora, Markito, Alito y Chuchito, dicen que quieren volver para cambiar a México, porque “ya no son los mismos”. Entonces, ¿quiénes son? Leopold von Ranke, padre de la historiografía moderna dice que el “presente es consecuencia del pasado”. Entonces, no es casualidad que un mesías haya llegado a la presidencia. Cuando las cosas andan bien, nadie pide milagros ni buscan mesías; sin embargo, la corrupción y la ceguera de la clase política gobernante, fue lo que llevó al hartazgo y al enojo al pueblo.

El voto es importantísimo, es la oportunidad en que usted puede premiar o castigar a sus gobernantes. Vote el 2 de junio por quien le genere esperanza y no por miedo ni por odio, razone su voto diferenciado. La política es tan importante, que no se les puede dejar toda a los políticos. Es una entelequia que los impresentables y oscuros personajes, Markito, Alito y Chuchito, quieran cambiar México sin que nada cambie.

P.D. Felicito a los aspirantes de MC por la frescura y entusiasmo con que expresaron sus ideas y conceptos en la reunión a la que fueron invitados. La exposición del joven Juan Pablo Delgado fue sobresaliente.

 

RAA

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