En 30 años los guanajuatenses han entregado su voto mayoritario al Partido Acción Nacional, y es probable que el próximo domingo Libia García obtenga el triunfo. El problema para los ciudadanos es que el PAN nos ha quedado mucho a deber, no ha correspondido al apoyo incondicional. 

En algunas conversaciones, hay leales del blanquiazul que están enfadados, que están hartos porque su partido se convirtió al tiempo en un partido de estado. “Tenemos que evitar una dictadura en el país”, dijo un tanto exaltado un miembro de la nomenclatura local. Lo paré en seco cuando le pregunté cómo se habían tomado las decisiones de los candidatos en el estado, incluída la suya. Sin la autorización de Diego no serías candidato. Lo puedes negar, le pregunté. 

Admitió con sencillez la verdad. Continué: Diego dio el visto bueno a Libia García y dejó de lado a Alejandra Gutiérrez. No obstaculiza su reelección ni la de Lorena Alfaro en Irapuato. Impulsa la lealtad y eficacia de Alan Marquez y mantiene el control del partido ante la inexistente presencia de su presidente, Eduardo Lopez Mares. En el PAN nunca vimos elecciones primarias ni participación activa de sus miembros en las decisiones más importantes. La cúpula decide todo.

Miguel Márquez Márquez tomó distancia porque apoyaba a Alejandra y al final le vino a cambio una muy probable senaduría. Pero todo fueron pequeños y grandes empujones internos donde el de mayor poder (Diego), “palomeó” las listas como lo hizo siempre el PRI. 

Después de 30 años de gobernar Guanajuato, el sustento más fuerte del PAN es el disgusto que causa Morena en el terruño. Hace 6 años, en la casilla que fui secretario, recuerdo que Ricardo Anaya recibió 470 votos, José Antonio Meade 33 y López Obrador 18.

El presidente sólo perdió nuestro estado. Sospechamos que el retiro del agua a León fue una venganza política. 

Pero no sólo ha fallado Acción Nacional en la construcción de un verdadero partido demócrata, en la formación de cuadros jóvenes que participen y le den vida. También falla en la imposibilidad de conseguir la paz y la seguridad para sus habitantes. Somos el estado más violento en homicidios y el segundo en extorsiones. Una verdadera tragedia.

Aunque fue Vicente Fox quien propuso las leyes de transparencia, en Guanajuato el gobierno actúa como Andrés Manuel a la hora de esconder la información. La fiscalía anticorrupción es un maniquí y con el uso de acarreos, promociones y “apoyos” en tiempo de elecciones, se parecen más al viejo PRI y al nuevo viejo PRI llamado Morena. 

En esta elección lo probable es que la distancia entre PAN y Morena se cierre. No tanto por las capacidades de las candidatas, sino por la gran decepción en la administración pública, sobre todo en la de seguridad y justicia. 

Bien dice Xóchitl Gálvez que México merece más. El país merece seguridad, participación democrática, diálogo político para construir soluciones en unidad; merece transparencia en las obras, la administración de los recursos y una lucha frontal contra la corrupción. El mensaje de la candidata del Frente por México es igualmente necesario para Guanajuato. 

La gente pregunta: ¿cómo ves a Libia? Cuando lo dicen es por una sincera inquietud de saber qué nos espera con la primera gobernadora que tendrá el estado. ¿Será más de lo mismo?  ¿Sabrá escuchar como promete hacerlo Xóchitl? ¿De verdad luchará contra la corrupción de la que se habla tanto y se combate nada?

Hay toda una lista de pendientes para Libia porque Guanajuato merece más, mucho más. 

**Si votas sumas, si te abstienes, restas**

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