Umberto Eco dijo que el Papa Juan Pablo II representaba “la Edad Media más la televisión”. En 2024, el timonel de la barca de San Pedro se ha modernizado lo suficiente para representar la Edad Media más internet.
Ninguna religión ha dado tanto impulso a las imágenes como el catolicismo. Si la reforma protestante quiso limitar la idolatría eliminando la proliferación de ángeles y santos, la Iglesia católica reaccionó promoviendo el barroco, que llenó de adornos hasta el último rincón de los altares. De manera lógica, el sistema de creencias que encontró mil modos de pintar la anunciación de María, el descenso de la cruz o la adoración de los Reyes, ahora aprovecha las pantallas para unir la devoción con el photoshop.
¿Cuál es el espacio de la fe? El ser humano puede orientar su vida en torno a las nociones de infierno, purgatorio y paraíso sin tocar ninguno de esos sitios. Como las virtudes teologales, los lugares de la moral son intangibles.
En los inicios de la revolución cibernética, Umberto Eco advirtió con sagacidad que los procesadores de IBM, alimentados austeramente de letras, obedecían a la ética protestante, mientras que la vistosa iconografía de Apple aprovechaba los recursos de la evangelización católica.
El trato religioso con la tecnología ha llevado a algunas paradojas. Juan José Millás señala que las monjas de clausura han dejado de serlo; sin salir a la calle, rompen las reglas del encierro, pues pasan el día entero en internet, lugar de encuentro de la grey.
No es de extrañar que una religión basada en milagros visuales esté a punto de tener su primer santo digital. Se trata de Carlo Acutis, italiano nacido en Londres en 1991, que murió en Monza en 2006 enfermo de leucemia, y dedicó su vida breve a difundir el evangelio en las redes sociales.
Su niñera polaca le inculcó la fe y desde niño quiso visitar iglesias; recibió la primera comunión a los siete años y alternó los rezos con una pasión que obliga a creer en los milagros (el futbol) y otra que los representa (los videojuegos).
De rostro angelical y sonrisa fácil, Acutis cautivó a quienes lo trataron durante los quince años de su vida terrenal. Combatió el bullying en su escuela y utilizó internet con el sentido rebelde de los cristianos primitivos. En el pantano de los haters, los linchamientos y la desaforada autopromoción en red, actuó como un heterodoxo que promovía la bondad y anunciaba milagros eucarísticos. Educado en la PlayStation, no utilizó la aburrida pedagogía de los catequistas. Si Jesús reclutó a los apóstoles con la sencilla sabiduría de sus frases (“No sólo de pan vive el hombre”), Acutis hizo lo propio con la tribu digital: “Naciste original: no vivas como fotocopia”.
El Papa Francisco captó la importancia de su mensaje y lo elogió de esta manera: “Ha sabido usar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el evangelio”. El sitio www.miracolieucaristici.org multiplicó los seguidores como si reiterara el milagro de los panes y los peces.
Consciente de su papel, el joven cibernauta diseñó un “kit para ser santo”, que, a diferencia de las mochilas de supervivencia, no constaba de objetos sino de reglas de conducta: confesión semanal, adoración eucarística, disposición a renunciar a cualquier cosa en aras de los demás.
Lo que más sorprende de su vocación religiosa fue la alegría con que la llevó a cabo. Fiel a la dinámica en red, operó por su cuenta, sin someterse a las restrictivas normas de una congregación y no quiso vestir otro hábito que la camiseta del Milán, equipo de sus amores.
Después de su muerte fue llevado a Asís, última morada de San Francisco, donde su cuerpo se exhibió en jeans y sudadera. Se cerraba así un destino y comenzaba otro. Un niño brasileño, que padecía una grave afectación del páncreas, sanó después de encomendarse a Acutis, que en 2020 fue beatificado. Un segundo milagro ocurrió en 2022, cuando una chica de Costa Rica se recuperó de un traumatismo craneoencefálico gracias a los rezos que su familia hizo al “influencer de Dios”.
La Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano exigía tres milagros para alcanzar la santidad certificada, pero en una época que ama las rebajas ya se conforma con dos. Acutis será canonizado.
La primera explicación del mundo fue mágica. La era digital se define por la tecnología, pero encendemos la computadora en espera de un milagro.