Araíz de la nueva realidad propiciada por la demoledora derrota que le infringió Morena a la coalición “Fuerza y Corazón por México”, hubo duelo, sentimientos y emociones a flor de piel, en los seguidores de Xóchitl. Al respecto, para comprender mejor el fenómeno de las emociones que genera una pérdida, derrota o fracaso, existe una interesante teoría de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross sobre las “cinco fases del duelo”. Estas cinco son: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación…
Sobre el primer estadio del duelo, la negación, la psiquiatra señala que este trae como consecuencia el rechazo a la nueva realidad. La negación va asociada a sentimientos de frustración e impotencia con respecto a la incapacidad de modificar la nueva realidad. Dicha frustración conlleva a su vez a la ira; después, vendrán la negociación y la depresión, que disminuirán con la aceptación.
Con la aceptación de la nueva realidad se llega a un estado de calma, esto asociado a la comprensión de que las pérdidas y derrotas son fenómenos ineludibles en el curso de la vida. La aceptación significa asimilar las cosas tal y como la realidad las presenta. Es decir, la voluntad de ver lo que es y no como lo imaginábamos o deseábamos. “Aceptación es sanación”.
Así las cosas, las personas afectadas que empiezan a vivir su duelo, salieron a manifestarse en el ámbito público: Pedro Ferriz explotó contra Xóchitl, Markito, Alito y Chuchito: “Me dieron ganas de llorar tras conocer la humillante derrota”; por su parte, Vicente Fox arremete contra Xóchitl y dice: “Nos debe una explicación”; Alazraki dice que “odia a Claudia”, que los mexicanos son “comemierdas” y le mienta la madre a Claudia Sheinbaum, entre otros.
Mientras, el lunes, el periódico AM daba cuenta de que el Gobernador de Guanajuato esconde información de los múltiples viajes en jet privado; paralelamente, en el mismo medio, el empresario Javier Usabiaga explota y critica la tibieza y engaños por parte del Gobierno del estado, del que él formó parte, para atender los problemas de Celaya, y reclama a Diego por derrota del PAN.
En el maremágnum de acusaciones, reclamos y negaciones, apareció el obnubilado y lenguaraz presidente del PAN en Guanajuato, en pleno estado de negación, rehuyendo la realidad y espeta “¡sentirse orgulloso de haber cumplido su misión”!
Eduardo López Mares, en lugar de haber sido un dirigente digno que escuchara y considerara a los militantes y sociedad civil, se convirtió en el peón de estribo del Gobernador. No tiene vergüenza, al igual que Markito, deberían ya de estar presentando su renuncia y una mea culpa a los militantes panistas, porque las dirigencias defendieron intereses personales y no los de la sociedad.
Al multicitado peón de estribo, no le importó que Xóchitl perdiera en Guanajuato; que el PAN, en la primera fórmula de senadores, fuera derrotado Miguel Márquez, la estrella del panismo, por Ricardo Sheffield; tampoco, se ha dado cuenta que se desmoronó la mayoría calificada en el Congreso local; y, no se puede pasar por alto, el menoscabo de la mitad de diputados federales y trece municipios…
Pero también hay que decirlo con claridad, es cierto que Libia, Ale, Salim y otros, obtuvieron un triunfo ¡indiscutible! y no debido a López Mares. Esto le ayudará a Libia a sacudirse pronto al exgobernador y a la presión de la corriente yunquista de Miguel Márquez.
Así las cosas, el lunes 3, a los mercados les preocupó que Morena tuviera la mayoría calificada en el Congreso y desde luego, que no dejan de tener razón, porque se rompió el equilibrio de pesos y contrapesos. Aunque, si esto sucede, los mercados financieros y el T-MEC fungirían como contrapesos.
También es cierto que Claudia obtuvo una votación histórica y la mayoría en el Congreso; esto la hace una presidenta muy fuerte, lo cual le permitirá controlar a los duros del morenismo, frenar sus posibles excesos en el Congreso y sacudirse más pronto que tarde tutelas externas, para que sea ella misma la que ejerza todo el poder presidencial, según los cánones del presidencialismo mexicano, e imponga su moderación característica.
Aunque se escuchan algunas afirmaciones de fraude, ojalá y recuenten el 100% de las casillas para dar certeza a la elección… también, se percibe asomos de miedo en el ambiente.
¿Entonces, qué está pasando? Bueno, la realidad es que, durante la campaña, la oposición dijo millones de veces mentiras que se convirtieron en verdades para los que las repitieron, y ahora estos son los asustados cuando lo que pretendían era asustar a otros.
Es muy respetable cualquier duelo, ojalá y pronto evolucione al estadio de aceptación y sanación. La nueva presidente enfrentará muchos retos, pero también grandes oportunidades. Claudia, con humildad, deberá pronto de tender un puente de plata a los vencidos, sanar las heridas y conciliar a un México dividido; y demostrar así que, aunque no se piense igual, podemos vivir juntos en libertad, paz y armonía.
México es más grande que sus políticos.
RAA