Ofrezco tres aclaraciones antes de comentar lo que considero algunos de los principales errores de la campaña de Xóchitl Gálvez a partir de junio de 2023. En primer lugar, fue la mejor candidata posible de la coalición PAN-PRI-PRD-sociedad civil organizada. En segundo término, a partir de la decisión de Xóchitl de buscar la candidatura, no tuve ningún contacto con ella. Sólo intercambié un par de llamadas telefónicas protocolarias con ella.  Por último, las sugerencias que formulé en mis escritos públicos, o mis dichos en radio o televisión no sólo no fueron solicitados; tampoco fueron atendidos, ni tenían por qué serlo. 

El primer error ocurrió al arranque de la campaña de Xóchitl dentro del Frente (de entonces). Cuando el 21 de agosto, Santiago Creel declina a favor de Xóchitl como aspirante por el PAN, de inmediato la candidata virtual nombra al exsecretario de Gobernación como jefe de campaña. Xóchitl era la candidata de los tres partidos, pero no pertenecía a ninguno de los tres partidos. Por tanto, se requería en la cabeza de la campaña una doble función: coordinar la campaña de la candidata, y coordinar a los tres partidos, negociar con ellos, en su caso pelearse con ellos, y ser el intermediario cotidiano entre ellos y la candidata. 

Al final de la campaña se resolvió el dilema con el nombramiento de Max Cortázar como vicecoordinador. Demasiado tarde. Este primer error incluyó un segundo como derivado.

Si Creel era coordinador de campaña y también de facto enlace con los partidos, menos podía fungir como estratega de la campaña. Nunca hubo. Al principio, Carlos Mandujano medio ocupó el cargo. Con el tiempo fue desplazado/rebasado. En agosto, la campaña contrata a Matthew Dowd como consultor extranjero. Dowd propuso una estrategia basada en empatía y firmeza, que se tropicalizó como Corazón y Fuerza, en que no atacaran a López Obrador sino a Claudia Sheinbaum. No fue escuchado, y entre septiembre y diciembre, dejó de pesar como estratega.

En enero de 2024, la campaña contrató a varios consultores que trabajaron años atrás en Cambridge Analytica. A diferencia de Dowd, se medio instalaron en México y propusieron varios cambios. Para abril de este año, también fueron alejados. Ana María Olabuenaga se acercó también en esos tiempos, y fue la autora de la palabra “Verdad” dentro del tríptico Vida, Verdad y Libertad.  No cuajó tampoco, y ya para finales de abril se casi oficializó la verdadera verdad: Xóchitl nunca tuvo estratega, y la campaña nunca tuvo estrategia.

El segundo error grave se refiere a la respuesta (o no respuesta) de Xóchitl a los ataques de López Obrador y de sus secuaces contra su integridad, honestidad y rectitud como funcionaria, senadora, y delegada. 

El tercer error, de menor importancia pero sintomático de una cierta ceguera política de la campaña, fue la relación incestuosa y promiscua con el calderonato. Primero estuvieron Josefina Vázquez Mota, Margarita Zavala, Consuelo Sáizar, luego Cortázar, Guillermo Valdés y algunos más. 

Xóchitl tuvo muchos aciertos y también se cometieron otros errores. Ningún error, ningún acierto, fue decisivo. Con una diferencia de casi 20 millones de votos ningún factor único explica todo. La única diferencia entre estas equivocaciones y otras es que por lo menos en mi caso fueron señaladas explícitamente y a tiempo. Muchos otros los mencionaron también. Por eso conviene volverlos a describir. 

 

* Excanciller de México

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