Hagamos un poco de historia y vayamos a la foto publicada el 31 de octubre de 2019. Sonrientes para la foto, rodeando al gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, se encuentran los 12 integrantes de comité técnico del Fidesseg y las principales figuras del gobierno de ese momento.

No aparece Libia Denisse García, por entonces, ni siquiera soñaba con gobernar Guanajuato. Hagamos un poco más de memoria, el famoso golpe de timón prometido el año anterior por el candidato de Miguel Márquez Márquez (hoy senador electo), no daba resultados: el año aún no terminaba y la tasa de homicidios dolosos, por ejemplo, pronosticaba superar la escandalosa cifra del año anterior, que a su vez había casi triplicado la de 2017. 

El Fidesseg se presentó en los boletines de gobierno como: “una verdadera política pública que surge de sociedad y gobierno… [para] …lograr hacer varios cambios a favor de Guanajuato.” El dinero con que se financiaría vendría de un aumento al Impuesto Sobre la Nómina (ISN), que pasó de 2 a 2.3%. El mismo gobernador que despliega su sonrisa en la foto dijo en ese momento a los ciudadanos que lo rodeaban: “no están solos, pero no me dejen solo y juntos saldremos adelante; hay que seguir construyendo juntos. Las decisiones que aquí se tomen del fideicomiso y de los dos subcomités, serán por un dinero bien empleado que decidirán los ciudadanos en qué quieren que se gaste a través de las asociaciones civiles con proyectos de seguridad y de inversión social.”

En la foto posan también, muy orgullosos, los representantes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de las principales ciudades del estado, quienes en representación de la patronal respaldaron el uso ciudadano de la sobretasa. Y el cochinito del Fidesseg engordó y lo que parecían unos pocos decimales aportados por los trabajadores guanajuatenses acumuló a lo largo de cinco años 3.000 millones de pesos, de los cuales la mitad fue destinada a proyectos propuestos por esa sociedad que acompañó al gober. 

Esta semana, un desplegado firmado por 83 asociaciones civiles exigen que no se extinga el Fidesseg. Casas cuna, asociaciones para ayudar enfermos de cáncer o diabetes, centros contra las adicciones, observatorios ciudadanos, patronatos proinvidentes, hogares para niños con autismo, el conservatorio de Celaya, zoológicos, agrupaciones de bomberos, entre muchas otras instituciones han podido financiar proyectos que benefician directamente a la comunidad. Es decir, ese dinero, rigurosamente auditado, se empleaba para los fines planteados originalmente en aquel lejanísimo 2019. 

Y no sólo protestan las asociaciones civiles, los CCE’s acusan de traición a quien pedía apoyo y compañía, para dejar ahora a sus valedores chiflando en la loma. Y si bien había algunas denuncias de manejos opacos de los fondos, no cabe duda que la mayor parte de los recursos se destinaba a los fines previstos en sus cinco objetivos rectores. 

Son los últimos meses del gobierno de Rodríguez Vallejo y de una mayoría panista en el congreso que quizás no regrese. La campaña a favor de Libia García costó más de 3.000 millones en tarjetas rosas y ese 0.3% acumulado del Fidesseg garantiza recursos para cumplir por el momento con las promesas electoreras y tapar agujeros presupuestales. El PAN copia la estrategia que tanto criticó de la 4T para eliminar un fideicomiso (aunque ellos mismos lo crearon) y disponer de sus recursos de forma discrecional. Rodríguez Vallejo se traga el sapo y amenaza con auditorías a los miembros del CCE que se nieguen a pagar ese 0.3% de impuesto, que sale de los bolsillos de sus trabajadores. Al parecer no sólo recordaremos a Sinhue por el golpe de timón que no llegó, por su llanto intermitente ante las crisis, por la grandeza que cacareó, o por sus viajes a Singapur, también por la manera en que traicionó a sus aliados más cercanos: los empresarios.  

El exhorto fue aprobado el jueves por la bancada del PRIAN en el congreso del estado, ahora queda en la Secretaría de Finanzas consumar la extinción.

Comentarios a mi correo electrónico: panquevadas@gmail.com

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