A la memoria de José Agustín Ortiz Pinchetti.

El 21 de julio ejecutaron a Milton Morales Figueroa, pieza clave de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) capitalina. El asesinato ilumina las vulnerabilidades de la ciudad.

Es frecuente asociar instituciones con personas. Fernando Gutiérrez Barrios y Miguel Nassar Haro encarnan a la Dirección Federal de Seguridad desaparecida cuando se supo que protegía cárteles. A Jorge Carrillo Olea y Jorge Tello Peón se les relaciona con la creación del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen) y se sabe menos que Tello es el creador de la Policía Federal Preventiva (PFP). Se identifica a la Policía Federal con Genaro García Luna, náufraga de la corrupción y la complicidad con delincuentes, y a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) capitalina con Omar García Harfuch. Eso me lleva a una pregunta de actualidad.

¿Por qué la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ha protegido a García Harfuch frente a otros grupos de la 4T que le critican ser hijo de un exdirector de la DFS de mano dura y haberse formado en la Policía Federal? La razón principal es la eficacia que mostró como titular de la SSC. Rodrigo Peña, colega de El Colegio de México, sostiene que con él cuajó un modelo que venía gestándose desde 1997, cuando la izquierda ganó las elecciones en la capital. Importa entender el modelo porque el nuevo gobierno desea aplicarlo por todo el país.

La fórmula capitalina incluye la atención a los policías, la coordinación con otras instituciones –en especial la Fiscalía–, y la enorme importancia otorgada a la inteligencia policiaca que procesa enormes cantidades de información para detectar patrones y explicar comportamientos delincuenciales.

El jefe Milton encabezaba en la SSC la Unidad de Estrategia Táctica y Operaciones Especiales dedicada a generar la inteligencia policiaca que permitía resolver casos de alto impacto como el atentado contra Ciro Gómez Leyva (la Fiscalía General de la República atrajo el caso desde septiembre de 2023). Como el balance de Milton fue positivo, se especulaba que acompañaría a García Harfuch en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

El domingo 21 de julio lo ejecutaron en un operativo cuidadosamente planificado y facilitado, pues Milton andaba sin escolta. Tal vez se confió por ser oriundo de Coacalco y no dio importancia a que se trata de un municipio mexiquense conurbado donde están asentados los cárteles de Sinaloa, del Golfo y Jalisco Nueva Generación, además de numerosas bandas locales.

La SSC vivió el atentado como un ataque a la institución y al proyecto de seguridad de la nueva Presidenta. Se propusieron resolverlo a partir de la detención de los autores materiales. Ya capturaron a dos y en estos momentos trabajan en múltiples pistas que no me fueron compartidas. Fuentes de alto nivel de esa dependencia me transmitieron, en cambio, su certidumbre de que lograrán llegar a los autores intelectuales. En tanto conocemos los resultados, incluyo una reflexión geopolítica sobre el hecho.

La CDMX es una fortaleza cercada por las organizaciones criminales que controlan buena parte de la zona conurbada del Estado de México, del estado de Morelos y de las carreteras que conectan a la capital con el resto del país. Por ese territorio van y vienen bandas atrincheradas en sólidas bases sociales y en las redes de funcionarios que actualizan las 24 horas de cada día el pacto de impunidad vigente.

Ilustro con cifras la fortaleza chilanga y la fragilidad mexiquense. La Zona Metropolitana del Valle de México es una bestia urbana de 22 millones de habitantes: nueve millones corresponden a la capital y el resto a 59 municipios del Edomex. Según un estudio todavía inédito del propio Rodrigo Peña, en 2022 la CDMX tenía 8.64 policías por cada mil habitantes mientras que el Edomex se quedaba en un lejano 0.88. En 2024 el sistema de C5 de la capital opera 75 mil cámaras de video, mientras que la red mexiquense solo tiene 20 mil para toda la entidad.

La conclusión es obvia: si los gobiernos de la Federación y la capital no cierran esas brechas, crecerán las vulnerabilidades de la capital. Con el asesinato del jefe Milton los criminales y sus aliados agradecen los abrazos recibidos, pero avisan al nuevo gobierno que defenderán a balazos el enorme poder adquirido.

Colaboró Sebastián Rodríguez.

@sergioaguayo

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