El ecofeminismo es una corriente del feminismo y un movimiento social que examina las relaciones entre mujeres, hombres y naturaleza. En esencia, sostiene que el sistema económico y cultural actual se basa en la explotación de la mujer y la naturaleza por parte del hombre. El término fue acuñado por Françoise D’Eaubonne en 1974, pero se popularizó una década después, con el trabajo de Ynestra King y varias conferencias sobre el tema en Estados Unidos simultáneamente. Entonces surgieron también manifestaciones ecofeministas como Chipko o Movimiento Cinturón Verde en la India y Kenia, respectivamente, que luchan en favor de la conservación de la naturaleza y la reivindicación de los derechos de las mujeres. 

Después, el ecofeminismo se dividió en dos ramas principales: ecofeminismo cultural y ecofeminismo radical. El primero sostiene que la mujer, por su capacidad de menstruar, lactar y parir, es más cercana a la naturaleza. Como usualmente se encarga de la alimentación, el cuidado y la crianza, su instinto de preservación natural es mayor y debe asumir esa tarea (Miles, 2023). El poder de la mujer sobre el hombre recae en su relación espiritual y mística con la naturaleza, que es la clave para su liberación. El segundo, por su parte, considera que el vínculo mujer-naturaleza es una construcción social del patriarcado que ve al hombre como racional y ordenado, capaz de producir crecimiento económico; y ve a la mujer como emocional y salvaje, al igual que la naturaleza (Miles, 2023). Esto las convierte a ambas en fuente de mano de obra y recursos, por lo que la explotación masculina está justificada. 

A pesar de estas diferencias, parte importante del ecofeminismo coincide en que el vínculo entre mujer y naturaleza está determinado por el patriarcado y comprende no sólo el género, sino también aspectos como la clase social y la ubicación geográfica. Así, el ecofeminismo cuestiona las nociones existentes sobre el género; los métodos de apropiación de los recursos naturales; y la distribución injusta del beneficio económico (Carcaño, 2008). Además, propone soluciones para conservar la naturaleza, mejorar la calidad de vida de todos los seres humanos y especies terrestres, y desmantelar la dominación masculina; pero poniendo en el centro a las mujeres como agentes de cambio y líderes de la acción comunitaria. 

Por ejemplo, algunas de las propuestas del movimiento es la instalación de huertos urbanos comunitarios, la prohibición de la tala de árboles desmedida y la confección de ropa natural, entre otras acciones. También trabajan para tejer redes de apoyo femenino, desestigmatizar la maternidad e impulsar el desarrollo económico de las mujeres vulnerables, etcétera. Más allá de la teoría, el ecofeminismo es una alternativa hacia el futuro que se preocupa por construir un mundo más justo, incluyente y equilibrado que garantice calidad de vida aceptable para mujeres, hombres y demás especies, sin comprometer el estado de la naturaleza y la supervivencia de las generaciones futuras. 

Referencias

Herrero, Y. (2015). Apuntes introductorios sobre el Ecofeminismo. Boletín electrónico de Hegoa, 43. De: https://publicaciones.hegoa.ehu.eus/es/publications/334 

Carcaño, É. (2008). Ecofeminismo y ambientalismo feminista. Una reflexión crítica. Argumentos, 21(56), pp.183-188. De: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-57952008000100010 

Miles, K. (2023). Ecofeminism. De: https://www.britannica.com/topic/ecofeminism/Ecofeminisms-future 

Incubadora Míticas impulsa a mujeres en el ámbito público y privado hacia puestos de liderazgo y toma de decisiones, a través de tres ejes: individual, institucional y de incidencia. Tiene una red de mujeres profesionistas y un programa de mentorías; da servicios de consultoría a instituciones para promover la diversidad, igualdad e inclusión e incide en la opinión pública y en la creación de políticas públicas para promover la equidad de género. 
 

Esta columna editorial es parte de un piloto para sumar voces jóvenes y frescas, con nuevas perspectivas, a la sección de opinión de AM.

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Gracias de antemano – Antonio Lascurain, Subdirector Editorial

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