El concepto de perspectiva de género ha cobrado cada vez más relevancia y cualquier situación vista a través de este lente nos permite identificar brechas y asegurarnos que haya igualdad y justicia. En particular, una política pública con perspectiva de género es cualquier intervención de un gobierno que toma en consideración las diferentes necesidades, condiciones y preocupaciones de mujeres y hombres. Asimismo, reconoce que pueden tener impactos distintos, especialmente cuando existen desigualdades (Instituto Nacional de las Mujeres, s.f.).
Tal como sugiere, Marta Lamas, doctora en Antropología y fundadora de Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), la perspectiva de género, por sí misma, no abre alternativas políticas, ni sirve para desmantelar instituciones patriarcales o para enfrentar la masculinidad hegemónica. (Lamas, s.f., p. 2). En este sentido, son necesarias estrategias complementarias para lograr un impacto más significativo.
La prospectiva estratégica o strategic foresight “es una forma estructurada y sistemática de utilizar ideas sobre el futuro para anticipar posibles oportunidades y retos y prepararse mejor para el cambio”, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, s.f.).
Según esta misma organización, la prospectiva estratégica puede contribuir a la elaboración de políticas públicas de tres maneras: primero, una mayor anticipación permite prever cambios e impactos que podrían producirse en un futuro; segundo, a través de la innovación de políticas se pueden descubrir nuevas opciones y enfoques para abordar problemas; tercero, sirve para poner “a prueba de futuro” las estrategias y políticas existentes (OCDE, s.f.).
A través de esta disciplina se pueden generar reflexiones alrededor de las distintas alternativas futuras mediante el diálogo organizado de expertos y comunidades, basados tanto en estadística como en experiencias. La prospectiva estratégica, al involucrar la construcción de visiones futuras compartidas, actúa como un instrumento para generar consensos y acuerdos sociales, estableciendo así un vínculo entre la sociedad y las instituciones gubernamentales.
De tal manera, la prospectiva estratégica podría ser una estrategia complementaria para integrar la perspectiva de género en el diseño de política pública. Los impactos del cambio climático son un buen ejemplo de cómo ambas podrían ser utilizadas para planificar e idear las estrategias en diferentes escenarios.
Las mujeres y niñas son afectadas de manera desproporcionada por el cambio climático, agravando las desigualdades ya existentes y las expectativas sociales en torno a los roles de género, según The Economist (2023). En regiones donde la obtención de alimentos y agua es responsabilidad de las mujeres, las constantes sequías provocan un aumento de las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas. En cuanto a la violencia de género, algunos estudios han revelado que aumenta tras las catástrofes naturales y tiene graves efectos negativos en la salud. (The Economist, 2023)
Un diseño de política pública que incluya una visión a largo plazo con perspectiva de género sería especialmente útil al momento de generar estrategias y escenarios para el futuro y bienestar de nuestro planeta.
Fuentes: Instituto Nacional de las Mujeres. (s.f.). La perspectiva de género en la política pública.
Lamas, M. (s.f.). El enfoque de género en las políticas públicas. Corte Interamericana De Derechos Humanos.
Organisation for Economic Co-operation and Development. (s.f.). About Strategic Foresight.
The Economist. (2023, January 9). Gender inequality and climate change are not separate challenges.
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Gracias de antemano – Antonio Lascurain, Subdirector Editorial