Esta semana Claudia Sheinbaum designará a su nuevo director de Pemex, la emproblemada y endeudada empresa del Estado. Con producción a la baja y deudas al alza, es uno de los muchos legados negros de la presente administración. Se necesita un genio de la administración, la política y la extracción de petróleo para siquiera estabilizar sus finanzas.

Pero las noticias que llegan de un mundo cambiante tampoco son buenas para la paraestatal. El consumo de petróleo comienza a descender en China por el creciente uso de vehículos eléctricos (VE). En Europa el horror al inicio de la invasión a Ucrania elevó los precios por la dependencia con Rusia. Eso pasó. Ahí la dependencia del petróleo también disminuye. Veamos algunos números:

Los chinos crecieron como locos en las dos primeras décadas del siglo. Uno de los números que lo revelan es el petróleo. En el año 2000 consumían un promedio de 4.7 millones de barriles diarios y a fines del 2019, llegaban a 14.7 millones. Con el Covid la demanda mundial se derrumbó pero en 2023 el consumo volvió a esa cifra porque China recuperó el crecimiento del 5%. 
El tema es que en febrero de este año China sólo consumió 13.7 mdb diarios y en el verano la demanda será menor que la del verano pasado. Con su potencia fabril inundan su mercado con VE. La ecuación es simple, por su potencia fabril, el precio de los VE es igual o menor a los de gasolina y diésel. Si tomamos en cuenta los gastos de mantenimiento en la vida útil del vehículo, baja aún más el costo. 

Dos vectores de precios influyen. La producción de energía se abarató porque los paneles solares cuestan una fracción de lo que costaban hace unos años y el precio de las baterías ha disminuído un 40% en dos años. Hay ciudades en China de buen tamaño como Shenzhen, cuya movilidad pública está totalmente electrificada. 

Además tenemos una verdadera invasión de autos, motos y camiones chinos que pronto dominarán el mercado en los países latinoamericanos, asiáticos y, en alguna medida, los europeos. Al tiempo todos serán eléctricos La competencia impulsa cambios trascendentes donde la presión será enorme para los fabricantes. En Estados Unidos, Ford está cambiando su estrategia para fabricar autos eléctricos baratos. Un salto a la productividad de gran osadía. 

La inteligencia artificial y el manejo autónomo son la puntilla para la reducción del consumo mundial de petróleo. La OPEP lo sabe. Noruega y Estados Unidos lo saben, incluso Rusia que depende del petróleo lo entiende. En México parece que el presidente López Obrador nunca le pasó por la cabeza, ni siquiera lo mencionó en sus mañaneras a pesar de todo el tiempo que tuvo para hacerlo. Para él los aerogeneradores, como los de La Rumorosa en Baja California, solamente afectan el paisaje. 

Si la demanda mundial baja de 103 mdb diarios a unos 95 en los próximos años, el precio del petróleo se va a derrumbar a 50 dólares por barril o menos. ¿Hay un plan de contingencia en la Secretaría de Hacienda y en Pemex para enfrentar esa situación?
Para el País, en su conjunto, no es una mala noticia porque somos un importador neto de energía. Tendríamos gasolina y electricidad más baratas si no nos ponen más impuestos. 

Dos Bocas nace muerta y su inversión jamás la recuperaremos, pero ese es un tema para verlo con otra perspectiva. 

 

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