Si en algo debe trabajar, aparte de la seguridad, el gobierno que comienza hoy Libia García es la competitividad del terruño. Los vientos de la política global tienden a ser tan variables como los meteorológicos y eso afecta para bien y mal a México y a Guanajuato. Vaya un ejemplo:
Alemania está sintiendo el frío de sus exportaciones de autos, en particular la Volkswagen. La empresa que vende VW, Seat, Skoda, Audi y Porsche, está en serios aprietos. Sus sindicatos en Alemania exigen aumentos de sueldo que la empresa no puede cumplir porque sería la quiebra. Según informaciones proporcionadas por un financiero alemán, el sindicato pide un 12 % de aumento mientras la empresa ofrece bajarles el sueldo un -7 %. El golpe a sus ventas puede llegar a ser de cientos de miles de autos menos al mes. Tan sólo en el primer semestre de este año se redujeron un 11 %. En China, donde fueron pioneros de la industria automotriz, han caído abruptamente.
Volkswagen va al segmento de clase media mundial. Siempre competía con Toyota y la General Motors en los primeros lugares de producción. Empresas chinas como la BYD (pronto rebasará a la Ford), les quitan mercado en varias partes del mundo. No sería exagerado decir que están en una seria crisis donde tienen que reducir costos y elevar productividad. Si el sindicato y la empresa no se ponen de acuerdo el problema agravaría la situación financiera de la corporación.
Eso pegará también a la planta de Puebla, una de las más antiguas armadoras que tiene el país. De rebote también podría reducir la producción de motores que tiene en Guanajuato. La historia reciente de México y de nuestro estado es de éxito en la manufactura automotriz y sus partes. Gracias al TLC y luego al T-MEC, el país se convirtió en una gran fábrica de autos. Estamos en peligro también.
Otra amenaza es Donald Trump si regresa a la Casa Blanca. Aunque Kamala Harris le lleva 3 puntos de ventaja en la votación total de EEUU, los estados bisagra podrían dar el triunfo a Trump. ¿Qué pasaría con México si gana Trump? Seguro que impondría un 10 % de aranceles a las exportaciones mexicanas. Eso produciría una recesión en el país.
A Guanajuato y a los estados más industrializados como Nuevo León y Coahuila nos costaría empleo e ingreso. Desconocemos aún la competencia del nuevo gabinete de Libia García en cuanto a visión empresarial, porque los gobiernos también deben tener un espíritu emprendedor y una estrategia para generar valor.
De la competencia del gabinete federal, sabemos que Marcelo Ebrard es pragmático y buen negociador; lo mismo de Juan Ramón de la Fuente, aunque con el papelón que hicieron con no invitar al Rey Felipe de España, muestran la dependencia de las ideas rancias de López Obrador. ¿Qué nos importa si la Madre Patria es una monarquía, si funciona bien como democracia y se respetan más los derechos humanos que en México? Esperemos que sea el último sapo que deba tragarse Claudia Sheinbaum porque, cosa curiosa, su ascendencia es directamente europea desde donde vino la conquista.
Para las personas, las empresas y los países, su competitividad es la marca de cómo será su futuro. La próxima semana tendremos una idea más clara del espíritu emprendedor de nuestras dos nuevas gobernantes. Pondrán las metas de nuestro porvenir.