Nos parece inexplicable la conducta del nuevo gobierno, el de un partido que prometió desde hace décadas una alianza con los emprendedores de Guanajuato. Un partido que llegó al máximo poder desde aquí y, para ser más precisos, desde León.
Hay que recordar: Manuel Clouthier inundó la plaza principal con un mensaje de cambio en 1988. El agricultor de Sinaloa removió los cimientos del PAN para traer esperanza de que la alternancia era posible. El entusiasmo y convicción de un empresario transformó a México gracias al empuje y la enjundia de otro empresario mercadólogo: Vicente Fox.
Parece que en el PAN están empeñados en borrar esa herencia heroica de lucha democrática, de subsidiariedad y compromiso con quienes luchan por las libertades y los derechos humanos.
Primero con el compromiso contraído de aportar más contribuciones a través del impuesto a la nómina y al cedular para causas nobles. El modelo era el exitoso proyecto del gobierno y los empresarios de Chihuahua, llamado Fechac. El impuesto aumentaría para crear proyectos en favor de la seguridad y la atención a quienes fomentan el altruismo en las comunidades, es decir, las fundaciones.
El FIDESSEG (Fideicomiso de Administración e Inversión para el Desarrollo Social y la Seguridad Pública) fue un éxito. Múltiples asociaciones civiles de apoyo a la infancia, a la educación, a los desposeídos, a los olvidados, recibieron el apoyo directo de ese fideicomiso. Todo iba bien hasta que un buen día al gobierno de Acción Nacional se le ocurrió que eso no le gustaba, que la administración de esos recursos no deberían llevarlos los empresarios ni las asociaciones civiles sino el gobierno.
Sin decir ni agua va, cambiaron las reglas, el modelo y cortaron de un tajo el apoyo que habían acordado desde un principio con representantes de los empresarios. Los traicionaron. También cortaron el proyecto de Fondos Guanajuato para acercar crédito a pequeñas y medianas empresas que sufrían los estragos del abandono federal durante la pandemia.
Sin argumentos, sin explicaciones claras, Diego Sinhue Rodríguez y su equipo mandó legislar el cambio a sus diputados subordinados en el Congreso. Luis Ernesto Ayala acató instrucciones. Quien fuera uno de los pilares sólidos del panismo claudicó ante una “orden superior”, y Miguel Salím coordinó la destrucción del proyecto.
¿Qué hay de fondo en el asunto? Supimos por voceros del gobierno que presuntamente había desvíos de fondos, excesos y malos manejos en algunas instituciones. Que si habían comprado autos de lujo, que si tenían secretarias pagadas con fondos del gobierno. El estado debió pedir el reembolso de esos recursos y no darle un zape a todos.
Es probable que quieran ocultar lo verdaderamente grande. Alguna institución que haya obtenido recursos por decenas de millones y los haya perdido en inversiones chafas en alguna caja de ahorro sin meditarlo antes, en lugar de cumplir con el compromiso de invertirlos en el proyecto prometido.
Es indispensable que el estado aclare y publique todos los números del Fideicomiso y de Fondos Guanajuato. La promesa de Libia García en campaña fue de un nuevo comienzo. Suponíamos que sería de transparencia, participación ciudadana y regreso a los valores originales de Acción Nacional.
El mensaje es muy doloroso: “ustedes no saben ni pueden administrar, ustedes son prescindibles”. No previeron el repudio unánime del sector empresarial. Si no hay una reflexión y una reconsideración, el PAN bien puede despedirse del poder en 2027.