Los asteroides más grandes del espacio representan un peligro para la vida en nuestro planeta. De hecho, sabemos que hace sesenta y cinco millones de años un enorme asteroide impactó la zona que actualmente ocupa el estado de Yucatán y esto causó la extinción de los dinosaurios. Diseñar medios de defensa ante esta hipotética situación es la preocupación de muchos científicos del mundo.
Recientemente se publicó en la prestigiada revista “Nature Physics” un artículo planteando un nuevo método de protección para nuestro planeta que podría ser eficaz para defender el planeta de asteroides de hasta cuatro kilómetros de diámetro dependiendo de su composición (ver: N.W. Moore et al., Simulation of asteroid deflection with a megajoule-class X-ray pulse. Nature Physics. Published online September 23, 2024).
La idea central consiste en utilizar rayos X enfocados en la superficie del asteroide. Estos intensos rayos producirán en la superficie del asteroide un plasma en expansión (un gas altamente ionizado) que actuará como el gas en expansión de un cohete.
De este modo el asteroide será desviado de su trayectoria inicial evitando que colisione con nuestro planeta.
Los experimentos realizados utilizaron pedazos de cuarzo del tamaño de una uva en los que se hizo incidir poderosos pulsos de rayos X con una duración de 6.5 nanosegundos. De este modo se produce un gas en expansión que podría alejar un asteroide a una velocidad de 250 kilómetros por hora.
Evidentemente es de fundamental importancia realizar el impacto con rayos X cuando el asteroide se encuentra lo más alejado de la Tierra, si esto se realiza cuando el asteroide este muy cerca de la Tierra no alcanzará a desviarse y colisionará con esta. En los experimentos realizados se utilizaron rayos X obtenidos utilizando pulsos láser obtenidos con los más poderosos láseres disponibles del mundo, sin embargo, en la práctica, en caso de que un asteroide amenace a la Tierra, los pulsos intensos de rayos X deberán de ser obtenidos a partir de explosiones nucleares en el espacio detonando a cierta distancia crítica del asteroide.
En los experimentos se utilizó cuarzo pues este material está formado principalmente de silicio y los resultados obtenidos para la cantidad de plasma producido y su efecto en el asteroide son solo válidos para esta sustancia. En la práctica el resultado final dependerá de la composición química específica de cada asteroide.
Debemos recordar que hace dos años la NASA probó otro sistema de defensa impactando una nave espacial en el asteroide llamado Dimorphos para medir el efecto y la desviación lograda.
El resultado final fue que un impacto directo como este solo puede ser efectivo si se trata de pequeños asteroides, pero no de grandes pues entonces el efecto en la desviación es insignificante.