“Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienes razón”.
Henry Ford
Hay una virtud en la nueva administración estatal a pesar de las fallas iniciales: tenacidad. Esa virtud es elemento indispensable para lograr cualquier meta. Libia García posee esa virtud y la usará para remediar la grave situación que le entregó su antecesor.
Alguna vez dijo un miembro destacado de la justicia estatal con Diego Sinhue: “El asunto no tiene remedio ni con todo el presupuesto del estado”. Esa frase quedó marcada para todos los días del sexenio. Guardé la pregunta por prudencia. ¿Por qué si no tiene remedio ni con todo el presupuesto del estado no renuncia? ¿Qué sentido tiene una responsabilidad tan grande y no poder?
La primera medida sensata de la gobernadora fue acercarse a la Federación. Con la ayuda de la presidenta Claudia Sheinbaum y de Omar García Harfuch, el secretario de Seguridad Nacional, hay mayores posibilidades de tener éxito. La idea de que a Morena le conviene un estado fallido en Guanajuato no es correcta. Para cualquier mandataria con sensibilidad humana lo más importante es la vida y más si se es madre, algo que comparten nuestras gobernantes.
La idea de que no se puede pacificar un estado es también falsa. Nuevo León pudo regresar a la paz después de una época violenta al comienzo del 2010. Rodrigo Medina y los empresarios del estado se empeñaron en renovar las policías, invertir en equipamiento y capacitación para la Fuerza Civil estatal. Tenían extorsión, asesinatos y enfrentamientos entre bandas criminales. Jaime Rodríguez “El bronco”, sucesor de Medina, pudo continuar el proyecto. Hoy Samuel García vive enfrentado con el Poder Legislativo y su lucha de poder debilita la seguridad que se ha deteriorado.
En Sinaloa vivían una “pax narca”, un cogobierno con el cártel de Sinaloa. Desde hace muchos sexenios el estado permitió la operación de esa organización dominante a cambio de paz. Los ciudadanos sabían y veían que Ismael Zambada y la familia del Chapo Guzmán llevaban buenas relaciones y metían mucho dinero a la economía. En los cambistas independientes se podía apreciar el flujo de dólares a la entidad. Eran intocables.
Lo más sorprendente fue que el presidente López Obrador parecía estar de acuerdo con la negociación bajo la mesa. Nunca nadie explicó el sentido de sus constantes visitas a Badiraguato, cuna del CDS.
Otra muestra de que sí se puede fue la mejoría en la seguridad de la CDMX. García Harfuch puso todo para cumplir con su misión. Por un milagro no le costó la vida, pero sí el fallecimiento de dos de sus más cercanos colaboradores. En carne propia sufrió heridas que acentuaron su voluntad de dar seguridad a su ciudad. Tanto lo apreció la doctora Sheinbaum, que lo apoyó para la candidatura a la jefatura de Gobierno. AMLO lo vetó.
El siguiente paso que puede dar Libia es lograr una reconciliación con el empresariado guanajuatense. Si bien son pocos votos los de esa minoría, su poder para ayudar es real, su poder para influir también. La tenacidad no quiere decir terquedad, también es flexibilidad ante lo que no funciona.
El otro punto es valerse de los mejores expertos, escucharlos y, con el plan que armaron, darle seguimiento diario. No como lo hacía AMLO, que de poco sirvió reunirse todos los días a las seis de la mañana con su gabinete si los tenía amarrados a la locura de abrazos y no balazos.