Miguel, de Guerrero, y Yovany, de Honduras, caminan por calles de Salamanca.

Salamanca, Guanajuato.- Miguel y Yovany son dos migrantes que día a día luchan por una moneda de hasta de las más baja denominación. Así se han ayudado en su camino para llegar a la frontera, en el que han tenido que enfrentar grandes peligros.

Miguel, de 38 años, mencionó haber salido de Guerrero hace más de un mes. En su andar se encontró con Yovany, de 33 años, originario de Honduras, quien al menos lleva ya dos meses de trayectoria.

“Salí de mi país porque allá no hay nada, no hay trabajo, no hay alimentos, no hay seguridad”, comentó Yovani, quien ha viajado en tren la mayor parte del tiempo, expuesto a diversos peligros.

“En la ‘Bestia’ es en la que he andado. Me he tenido que cuidar de las maras, que luego se suben a los trenes y nos quitan las pocas cosas que llevamos, además de la policía que también nos baja; unos no nos detienen pero nos echan pa’tras (sic.)”.

Me he tenido que cuidar de las maras, que luego se suben a los trenes y nos quitan las pocas cosas que llevamos.”

Miguel, por su parte, dejó a su esposa Lupita en Guerrero con la intención de llegar a trabajar en los campos de la frontera norte, ya que en su estado no hay trabajo para comer.

La suerte o la necesidad de un mejor futuro juntó a ambos migrantes, que en su paso por Salamanca apuntan a la caridad de las personas para poder ganarse una moneda con la que podrían comer hoy, y tal vez seguir su viaje con menor dificultad.

rprieto@am.com.mx

CA

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