Experiencia y amor por el basquetbol, es lo que caracteriza a María de Jesús Guerrero Cruz, una de las jugadoras iniciales del equipo San Roque.

Desde hace 19 años la deportista de 37 años es parte de lo que para ella es una segunda familia, pues además de ser la máxima escuadra ganadora del baloncesto francorrinconés, también han logrado conectar como personas.

“Yo me siento feliz y orgullosa de formar parte de este equipo desde que inició”, dijo la jugadora, quien también hizo mención de los pilares de este conjunto entre ellos, las hermanas Consuelo, Alejandra y Carolina Tavares, esta última fallecida al igual que el señor Mario Tavares Guerrero. Sus hermanas Isela, Diana y Gabriela también se sumaron a la quinteta originaria de San Roque de Montes.

“Juntas logramos varios campeonatos, pero con el pasar del tiempo tomaron rumbos diferentes debido a sus profesiones o lesiones hasta solo quedar las hermanas Guerrero”, asegurando también que a pesar de ser solo seis jugadoras han hecho de San Roque el mejor equipo, causándole aprecio y estima por sus compañeras, siendo su mejor experiencia. 

María de Jesús, quien inició su andar en el baloncesto a los 10 años en un torneo de primaria, se desarrolla en la duela como pivote y destacando por sus pases largos, así como el tiro gancho. 

Guerrero Cruz solo ha jugado para el equipo ya señalado, así como para las Brujas de San Francisco, pero ha estado presente en torneos como Lifraba, Libapu, Loyalty Basquetbol y Cibabaj.

“Me motiva el saber que el basquetbol más que un deporte, es terapia y es parte de mi vida”, indicó la jugadora quien también se dijo motivada por seguir mejorando, ganando y buscando que en su comunidad se practique el “deporte ráfaga”.

“Agradezco a cada una de las jugadoras de mi equipo por su esfuerzo y lucha en cada juego, y en especial a mi familia por todo su apoyo”.

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