Por mucho tiempo la Primera División tenía a un equipo en el que siempre tenía que jugar un futbolista por imposición. Por lo que el técnico Rubén Omar Romano recordó cuando lo corrieron de los Tecos por no alinear al hijo del dueño.

El experimentado técnico fue entrevistado por el periodista David Medrano, en donde relató su salida en la época que dirigió al conjunto de la Universidad Autónoma de Guadalajara.

“Aquel Tecos tenía a Reinaldo Navia, aparece el Bofo Bautista, varios jugadores interesantes. Ese equipo jugaba muy bien, lo salvamos del descenso y clasificamos en los dos torneos. Renovamos, pero en ese torneo empiezan las dificultades y lo que ya todos sabemos, mis problemas por un jugador”, comentó.

Sin embargo, estando cenando previo a un partido en Monterrey recibió una llamada de que debía poner de titular a Juan Carlos Leaño, defensa que militaba en el equipo y que era hijo de José Antonio Leaño, dueño del club.

El problema es que Romano ya había trabajado toda la semana sin el “Cheto” en el cuadro inicial. Así que se negó sabiendo las consecuencias que vendrían.

“Ojo, yo no tengo problemas con el Cheto (Juan Carlos Leaño), un tipazo, pero salí de Tecos por él. Unas 24 horas antes de un partido, cuando faltaban dos fechas para acabar el torneo, me dijeron que tenía que ponerlo de titular a fuerza, no acepté y me tuve que ir del club”.

Aquella anécdota se remonta al Invierno 2001 en donde el entrenador argentino omitió que el cuadro de la UAG también iba en los últimos lugares de la tabla.

No obstante, en los Tecos siempre fue un secreto a voces que el “Cheto” Leaño debía jugar sí o sí al ser uno de los propietarios de la institución. A pesar de sus limitadas condiciones como defensa central.

 

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