Cada estiramiento del brazo con el guante presagiaba un incesante vitoreo desde las gradas en la función “Fieras del ring”, que marcó el regreso del boxeo profesional a León, con una función de siete peleas en la Velaria de la Feria.

La función se armó con siete combates profesionales, incluyendo la victoria por decisión de Alberto Mora sobre Jonathan Ramírez, el triunfo de Lázaro Álvarez ante Willmank Brito, para quedarse con el título Ligero de Fecarbox, y la decisión unánime para Jair Marmolejo frente a Carlos Reyes.

Disfrutan leoneses de la velada

Los gritos se oían desde cualquier lugar del recinto y, bien podría decirse que son los ya tradicionales en cualquier función de este tipo: “¡Pégale!”, “¡Vamos con todo!”, “¡No te dejes!”, “¡Es tuyo!” o “¡Suéltale el gancho!”.

Desde el lugar de prensa que se asignó, enfrente de un cuadrilátero al que solo lo separaba una oxidada valla metálica color verde, dos figuras vestidas de negro presencian el evento en primera fila de forma efusiva y divertida, con ademanes que indican el movimiento que debería ser el boxeador. 

Aunque la playera que porta uno de ellos genera cierta curiosidad por el ’10’ con vivos en rosa, acompañando con el nombre de ‘Messi’, su pasión por el boxeo es innegable. 

“Ya eran muchos años de que el boxeo estaba abandonado en la ciudad y que reviva es extraordinario porque elimina los vicios y crea una enorme disciplina en todos los muchachos que lo practican”, comenta  Carlos Gutiérrez, quien es el vivo retrato de la pasión boxística alrededor de la República Mexicana, pues junto a su amigo y compadre Esteban Pérez, han disfrutado esta pasión en 39 de sus 51 años de vida. 

“Toda la vida llevamos sintiendo este deporte, desde que peleaban Daniel Zaragoza, ‘Pipino’ Cuevas, ‘Ratón’ Macías hasta la más grande leyenda de este deporte: Julio César Chávez” declara Carlos.

A pesar de que más de 690 kilómetros los distanciaron de su hogar leonés, la pasión por el cuadrilátero jamás ha cesado a la hora de admirar el espectáculo. 

“Este deporte es uno de barrio, una oportunidad que se le da a los chavos de clase baja para salir adelante. Por eso es un deporte tan lindo y emocionante” sentencia Esteban. 

Aunque algunas nubes taparon las estrellas en el cielo leonés, para ellos fue una noche estrellada donde la vida les sonrió como pocas veces en la vida lo ha hecho. 

“Estamos en nuestra ciudad disfrutando del deporte que más amamos en la vida: ahorita lo tenemos todo”.

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