Después de dos victorias consecutivas, los Bravos de León vuelven a caer en un bache preocupante con una serie que ya está perdida ante los Diablos Rojos del México.
Sí, quizás el equipo lleve arrastrando una mala planeación desde su regreso al circuito veraniego hace seis años, pero eso será un tema muy extenso que abordaremos en la próxima columna.
Por lo pronto, me quiero concentrar en algo sumamente importante para el rendimiento apto de un deportista de alto rendimiento: la salud tanto mental como física.
Penúltimos de la zona sur con seis victorias y 11 derrotas, la tropa leonesa es uno de los peores equipos del certamen en casi un mes entero de competencia.
En el pitcheo las cosas siguen fallando, eso está claro, pero analicemos el calendario para los leoneses.
Después de la apertura en casa frente a los Leones de Yucatán, el equipo disputó tres series consecutivas en carretera con viajes a estados de la República Mexicana: Tabasco, Campeche y Durango.
Aunque el primer viaje fue relativamente corto (más de 420 kilómetros y un aproximado de cinco horas de viaje), el segundo fue por demás cansado al recorrer de lado a lado el país.
Desde el sureste mexicano hasta el norte, la franquicia hizo un largo recorrido de más de 2 mil kilómetros y un tiempo aproximado de 25 horas de viaje.
Posterior a ello, el viaje de regreso a casa duró más de seis horas al recorrer una distancia de más de 530 kilómetros.
Esto es preocupante, pues estamos hablando de largos y cansados recorridos en tan poco margen de tiempo, situación que, sin duda, repercute en el rendimiento de cada pelotero.
Yo no sé quién creó el calendario de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) pero me parece por demás desorganizado al no priorizar la integridad de los peloteros, de aquellos que le dan vida a esta disciplina sobre los múltiples diamantes que existen en el país.
Y es que para Bravos todavía restan largas distancias por recorrer siendo la más cercana la que harán en dos semanas más cuando, después de jugar en Oaxaca ante Guerreros, tengan que viajar más de mil 500 kilómetros en 19 horas para jugar frente a los Tecolotes en Nuevo Laredo.
Los resultados son decepcionantes para la afición leonesa, de eso no queda duda.
Sin embargo, ¿Qué pasó en el armado del calendario?
Tampoco se nos olvide que los peloteros también son seres humanos y que jugar al beisbol merece el mismo respeto que todas las profesiones que existen en el mundo.
El pelotero también sufre de cansancio, que no se nos olvide.
A pesar de ello, hay que seguir jugando.
No obstante, las cosas deben cambiar.
¿Lo harán próximamente?
Sólo el tiempo lo dirá.
-El Dugout del Gabo.