Siete victorias y cuatro derrotas en sus últimos once juegos, con barrida incluida a los líderes Olmecas de Tabasco, son los números que han demostrado un claro repunte en los Bravos de León.
Era justo y necesario tener el descanso del Juego de Estrellas tras un ajetreo negativo en la primera parte de la campaña regular.
¿Por qué?
Porque el beisbol es tan hermoso, pero a la vez tan cruel, que te permite resarcirte al día siguiente o seguir en caída libre.
Esto último, para infortunio de la organización, fue lo que sucedió ante rivales como Veracruz, Yucatán y Oaxaca por esa complicación de superarlos sobre el diamante en la primera parte de la campaña.
¿Qué cambió?
Es más que obvio: la actitud porque por más que el talento exista en cada pelotero, si las ganas de trascender y salir del bache no existen, simplemente será imposible sanar las heridas.
Aquello jamás debe de ser negociable y, con creces, lo agradecen los aficionados leoneses.
No digo que antes no existiera esa disposición, pero los resultados y rendimiento son contundentes.
También hay que ser claros: los peloteros son seres humanos y, como pasa en la vida diaria, llega un punto en el que la frustración te gana por completo y las cosas simplemente no te salen.
Sin embargo, dicha contundencia se ha transformado en algo totalmente positivo al haberse hecho presente estas últimas tres series ante Pericos, Olmecas y Toros.
Esa regularidad sobre el montículo que tanto se ha anhelado, se ha hecho presente con mucha solvencia ante duras ofensivas.
Claro ejemplo de ello es la sólida apertura de Lázaro Blanco el viernes pasado, día en el cual nulificó por completo a la tercera mejor ofensiva de toda la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
El cubano de 37 años de edad sacó a relucir su experiencia con una extraordinaria apertura de ocho entradas, cinco ponches y sólo una carrera y un hit recibidos.
Su actuación rayó en lo perfecto, pues se quedó a sólo cinco outs de registrar el tercer sin hit ni carrera en la historia profesional del beisbol leonés.
Esto último, conjuntado a una poderosa ofensiva que registró 16 hits y 14 carreras, construyó lo que al final resultó ser una de las mejores exhibiciones de la campaña para la tropa leonesa.
Y sí, quizás el tiempo sea la principal limitante para que el equipo no llegue a competir por el título de la Zona Sur, pero la ilusión se mantiene intacta.
Los playoffs siguen latentes al estar a sólo dos juegos de distancia de los Guerreros de Oaxaca, quienes ocupan la sexta y última plaza de postemporada con récord de 22 victorias y 32 derrotas.
No sé cómo terminará la temporada en León, pero con orgullo y pasión por la franela, el sabor será distinto.
Así sí, Bravos.
Así sí.
PD: Bendito parón por el Juego de Estrellas. El equipo lo necesitaba en lo absoluto después de la enorme falta de logística por parte de la LMB que los hizo viajar desde Oaxaca hasta Nuevo Laredo en un sólo día.
PD 2.0: Bendito el día en el que Niko Vásquez decidió regresar a la ciudad. CABALLETE.
PD 3.0: 44 carreras anotadas por 16 recibidas hacen de esta pasada semana, la mejor en muchísimo tiempo para la novena de Rafael Rijo.
-El Dugout del Gabo.