La noche del martes 2 de agosto del 2022 fue una totalmente estrellada para Joey Meneses Ramírez quien, tras una década entera de lucha en las ligas menores del mejor beisbol del mundo, por fin encontró el resquicio gigantesco para darse a conocer en la Major League Baseball (MLB). 

Aquel segundo día del octavo mes del año, un venenoso slider de Jacob deGrom a 93 millas por hora impidió demostrar sus 20 jonrones y 64 carreras impulsadas en su primera incursión como todo un bateador de Grandes Ligas. 

En su segundo turno, volvió a verse las caras contra el lanzador estelar de los Mets de Nueva York, quien aplicó una dosis similar con un pitcheo a 99 millas por hora que, de forma peligrosa, bateó ‘CabaJoey’ hacia la banda contraria. 

Esto fue un simple esbozo del momento más grande del culiacanense, pues en su tercera aparición al plato, dio su primer hit en las Ligas Mayores de la forma más vistosa posible: un bambinazo por todo el jardín derecho que desató la algarabía de 29 mil 878 espectadores. 

El largo recorrido hacia el sueño anhelado

Aquella noche de martes, su orgullo y disciplina que lo hizo resistente a los golpes de la vida, se vieron reflejados en la pizarra al colaborar en la victoria de 5-1 de los Nacionales de Washington sobre los Mets de Nueva York. 

Y es que si de resiliencia y pelea hablamos, la figura del mexicano resalta con creces por una emotiva historia de vida relacionada al beisbol. 

Su historia comenzó a los 16 años de edad, cuando en las ligas juveniles, desarrolló la labor de Shortstop y Pitcher, esto de acuerdo a datos recabados por Séptima Entrada

Después de irse a probar a la Academia de la Liga Mexicana de Beisbol en Nuevo León, regresó a su ciudad natal para adoptar la posición de catcher, no sin antes ser firmado por los Saraperos de Saltillo

Todo sacrificio tiene su recompensa, y después de mover el brazo a más de 80 millas por hora, controlar roletazos en el infield y mancharse las rodillas detrás del plato, fue firmado por los Bravos de Atlanta en 2011. 

“La dedicación es lo que cuenta, cuando uno trabaja duro van a salir las cosas adelante, a fin de cuentas es lo que importa, porque pertenecer a Atlanta es un compromiso, además que se me haya dado la oportunidad de trabajar ahí en Culiacán, ahora vamos a esperar, la organización de los Bravos me mandó entrenar aquí para ver qué oportunidad se me dará”, declaró en aquel entonces para la Liga Mexicana de Beisbol. 

Sin embargo, allí comenzaría un camino lleno de amargura y frustración por un grave estancamiento en ligas menores que se prolongó hasta una década. 

Los FIlis de Filadelfia y Medias Rojas de Boston fueron algunos de los otros equipos que se hicieron de sus servicios en respectivas sucursales, pero la oportunidad en el primer equipo simplemente no llegó. 

El sufrimiento era interminable, pues su presencia en cinco Series del Caribe y misma cantidad de títulos con Tomateros de Culiacán, además de ser nombrado el Jugador Más Valioso de la International League 2018, parecía no ser suficiente para llegar al gran espectáculo en tierras norteamericanas. 

“Me dolió mucho, mucho, muchísimo que no lo subieran a Ligas Mayores cuando estaba en Filadelfia, me atrevo a decir y lo he pensado muchas veces: va a terminar con 70, 80, 90, 100 jonrones menos de lo que va a terminar su carrera, él va a terminar con mucho menos dinero. Él debió estar en MLB desde el 2018 porque lo que está demostrando ahorita, lo demostró siempre en Culiacán”. 

Sin aspavientos y seguro de la calidad en Meneses, Benjamín Gil hizo dicha declaración después de una explosión tremenda del primera base que, una vez tomada la oportunidad con los Nacionales de Washington, simplemente no la ha desperdiciado. 

Historia por vivir

Después de 10 años en la amargura y esperando por brillar en la cúspide que significa estar en cada uno de los 29 diamantes que conforman toda la MLB, ‘CabaJoey’ no se ha cansado de romper récords por doquier. 

Tan sólo en su primer año, pegó 13 jonrones y produjo 34 carreras en sus primeros 56 partidos como jugador estelar de la franquicia. 

Coincidencia o destino, Meneses vino a cerrar un poco la herida abierta que dejó la salida del dominicano Juan Soto hacia los Padres de San Diego. 

La conexión con la afición no se hizo esperar y con un promedio de bateo de .324, terminó por cimentar su rol como protagonista sin problema alguno. 

Y si se pensaba que todo fue cuestión de algo efímero, sus números en el segundo año siguen siendo de gente grande: 

  • 95 juegos. 
  • 107 hits. 
  • 23 dobles. 
  • 1 triple. 
  • 7 jonrones. 
  • 53 impulsadas. 
  • 23 bases por bola. 
  • .280 de promedio. 

Por si fuera poco, se metió en los libros de historia del beisbol mexicano al pegar 51 imparables en sus primeros 40 juegos de Grandes Ligas. 

Dicha cifra lo colocó en el segundo lugar de dicho rubro sólo por detrás del histórico Roberto Francisco “Beto” Ávila, quien llegó a 60 hits en misma cantidad de juegos. 

Disfrutar

Después de tanto luchar, es momento de disfrutar. 

Y te lo mereces más que nadie, Joey, porque solamente tú sabes toda la lucha y el rechazo por el cual tuviste que pasar hasta llegar al estrellato. 

En estos tiempos donde la resiliencia se pierde fácilmente, tu historia es motivo de orgullo y ejemplo a seguir para aquellos jóvenes peloteros que te observan en la televisión con la enorme ilusión de ser como tú. 

Disfrútalo, Joey. 

Y sea como termine tu carrera, hazlo con una sonrisa. 

Hazlo como el mismo apodo lo reclama: 

Hazlo como un auténtico Caballo. 

Hazlo como “CabaJoey”. 

-El Dugout del Gabo.

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