Sin importar el incesante agobio del sol de mediodía y el calor que ello involucra, un joven con el blanquecino uniforme de los Padres de San Diego sorprende la pupila de propios y extraños por esa peculiar manera de lanzar a metros de distancia, pues sorprende hasta dónde puede llegar la capacidad de su brazo en el lanzamiento.
Por dicha característica, uno pensaría a simple vista que es un guardabosques nato dentro del diamante, sin siquiera imaginar que aquel joven llamado ‘Meño’, porta el número 43 del roster de Purísima del Rincón en la posición de cátcher.
Y es que él forma parte de una reunión de sueños y promesas en el Domingo Santana con la realización del torneo Sub 23, el cual arrancó pasadas las doce de la tarde con el primer juego eliminatorio entre Purísima del Rincón y Guanajuato.
“El beisbol ha crecido bastante en nuestro municipio y este tipo de torneos incentivan a los jóvenes a demostrar su calidad y perseguir sus sueños de poder llegar al profesionalismo”, menciona el mánager Jorge López mientras observa el primero de los tres outs de la parte baja de la tercera entrada.
Parte de un gran equipo en conjunto al ostentar un buen ambiente dentro de él porque “antes de ser su mánager, soy su amigo”, disputan la Liga Alteña de Jalisco todos los domingos durante cinco meses: desde octubre hasta marzo.
Con récord de cinco victorias y solo una derrota, se dieron un espacio en su entrenamiento para disfrutar y enriquecerse de la experiencia de jugar en un campo profesional del apodado ‘Rey de los Deportes’.
Por eso y mientras ocupa la labor de revulsivo desde el dugout en este primer juego, Omar Hernández de Purísima del Rincón, disfruta e impulsa a sus compañeros con toda la disposición de ayudar en lo que pueda al equipo.
“Desde los siete años (ahora tiene 16) vengo practicando el beisbol y me siento muy cómodo en la segunda base, es mi posición predilecta y me encanta ocuparla cuando juego, aunque no te miento: me gusta más batear las rectas cuando me toca ir a la caja de bateo”.
Sin embargo, desde el montículo, existe el nombre de Bryan Lara, quien con apenas 15 años de edad, se encarga de evitar los hits y carreras que gozan pegar beisbolistas como Omar.
Originario de Uriangato, su recta que llega a las 88 millas por hora (140 kilómetros por hora), la curva, sinker, slider, cambio y splitter, causan estragos en los bateadores que lo enfrentan, tal y como sucedió en las primeras entradas de ese primer cotejo, donde respaldó la ventaja de su equipo durante cuatro entradas con solo una carrera admitida por las cuatro anotadas de sus compañeros.
“La pasión que siempre he tenido por el beisbol desde pequeño es primordial y tener la oportunidad de presenciar talento de todos los lugares es muy interesante, pero sobre todo, poder inculcarles a los muchachos esa experiencia que pude cosechar toda mi carrera y facilitarles las cosas, el poder aportar un granito de arena”.
Eso resalta con orgullo y emotividad Alfredo Peralta, quien vivió una etapa como jugador de 10 años en equipos como Sultanes de Monterrey, Rieleros de Aguascalientes y Bravos de León.
Después, el trabajo de scouteo llegó a su vida en organizaciones como Rockies de Colorado, Padres de San Diego, Cardenales de San Luis, Piratas de Pittsburgh y, desde hace tres años, en CODE Guanajuato.
“Es un cúmulo de talento y ojalá se sigan haciendo torneos de este tipo para ellos”.
Y es que las sonrisas de jugadores como Alan García, Diego Guerrero, Manuel Lucio, Giovanni Aguilar, Bryan Lara y Antuan Franco, reflejaron la emoción de estar jugando en un diamante profesional de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
Esos nombres, tan solo, son algunos que conforman una emotiva reunión de sueños y promesas en el Domingo Santana, con un cuadrangular que llegará a su final el domingo 12 de noviembre a la 1:00 pm.
-El Dugout del Gabo.