Entre maniobras que tratan de esconder la realidad, el destino siempre impera ante la improvisación llena de inoperancia e incertidumbre. Es imposible poder ganarle a su manía juguetona del azar. Los personajes podrán cambiar, pero al final de cuentas, el sistema no lo hará. 

El balompié, fiel analogía de la vida misma, volvió a demostrar estas primeras características en el primer juego de la era de Gustavo Lema con los Pumas de la UNAM sobre el césped del Estadio Olímpico Universitario. 

Durante 68 minutos, los felinos sufrieron con el último pase en ataque, pero un minuto antes de alcanzar la brecha de los 70 minutos del tiempo corrido, un preciso derechazo de primera intención de Eduardo ‘Toto’ Salvio vino a ejercer algo ciertamente utópico en el futbol: la justicia. 

Acorde a lo trabajado durante la pretemporada, los Bravos de Ciudad Juárez aguantaron lo más que pudieron los embates del rival, pero todo se complicó al ver cómo dos ‘torres’ ofensivas se conjuntaron en la última línea. 

Y es que después de unos soporíferos y frustrantes 45 minutos donde Gustavo del Prete no entendió el lenguaje futbolístico de Guillermo Martínez, Lema se dio cuenta del irremediable destino que impera en los alrededores de Ciudad Universitaria: el sistema con dos puntas en ataque. 

Impulsado por su trabajo incesante desde el primer día en que firmó su contrato, Rogelio Funes Mori ingresó en el preámbulo de la segunda mitad y, en medio del acoplamiento con su compañero, no tardó en generar espacios y aproximar vítores de gol con sus movimientos. 

Funes Mori y su debut en CU. Foto: Mexsport.

Memo, con su figura imponente de 1.91 metros de estatura y Funes Mori, peligroso con sus 1.86 metros de estatura, se encargaron de ser los responsables lejanos de la primera y única anotación del juego. 

Sin saber a quién marcar, la defensa juarense se perdió ante la peligrosidad de los seleccionados nacionales. Entre una confusión compartida, ingresó, solitario, Salvio, simplemente para empujar el esférico al fondo de las redes ante el centro de un César Huerta que se muestra aún más asociativo en ataque y ya no tan egoísta como sucedió en el pasado semestre. 

Salvio y su efusivo festejo en Ciudad Universitaria. Foto: Mexsport.

Aunque al final le ‘robaron’ una asistencia a Funes Mori con la anulación del gol de Huerta en el tiempo agregado, los felinos están destinados a jugar con un sistema que los hizo alcanzar el subcampeonato en el Apertura 2015 (Herrera y Britos) y Guard1anes 2020 (Dinenno y González), además de lograr sus últimos dos títulos de liga en el Clausura 2009 y Clausura 2011 (Bravo y López-Cacho). 

Bravo y López en Ciudad Universitaria en 2008. Foto: Mexsport.

Arrancaron bien los auriazules, de eso no hay duda, pero aún existe muchísimo por trabajar porque si con dos delanteros piensas jugar, con buenos extremos debes contar. 

De perfeccionar este último punto, Martínez y Funes Mori le darán muchas alegrías a la afición. 

Por lo pronto, el 1 a 0 contra Juárez, en casa, frente a su gente, es buen augurio dentro de un certamen donde la obligación, tácita por ser un equipo grande y por el último alcance en el Apertura 2023, es llegar a la Gran Final. 

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