Es una pretemporada diferente a las demás. No hay el mismo sentimiento de ilusión y esperanza que solía contagiarse entre los aficionados leoneses, sino todo lo contrario: existe escepticismo e incertidumbre.
Son sentimientos a flor de piel que obligan a los Bravos de León a trascender, a como dé lugar, en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB). Y es que, desde su regreso en 2017, el oscurantismo de la mediocridad ha agobiado la institución con siete temporadas de récord perdedor.
En el presente campamento de primavera, existe un común denominador a todas las anteriores: hay poderío ofensivo, pero el pitcheo, talón de aquiles desde hace siete años, sigue siendo una incógnita.
Polo, Tavárez, Mejía, Carrasco, Adolfo, Castro, Mendoza y Díaz, conforman un LineUp totalmente foráneo. Aunque Ittalo Mota, Alan García, Keven Lamas y Alfredo Hurtado son gratos talentos nacionales para inmiscuirse dentro del orden al bat titular, parece que Rafael Rijo apuesta al poderío extranjero.
Drury, Kaneda, Bautista y Mateo, por su parte, conforman la rotación abridora que se ha erigido como la de confianza del mánager dominicano en esta pretemporada, donde han enfrentado a Rieleros de Aguascalientes y Charros de Jalisco.
El primero y segundo ante los hidrocálidos instaló aún más escepticismo con el pitcheo. Una derrota de 4 a 7 y un empate de 9 a 9 fueron suficientes para seguir con este dolor de cabeza. Sin embargo, a partir del último partido ante los Rieleros, mostró mejoría.
En sus últimos dos juegos ante Rieleros y Charros, Bravos ha limitado el asedio del rival con tan solo dos carreras admitidas por cada equipo.
Victorias con iguales pizarras de 4 a 2 reforzaron este hecho y solo resta esperar si, de verdad, las cosas pueden seguir por buen puerto.
Por lo pronto, les puedo ir adelantando que veremos a unos Bravos de León muy extranjeros en el 2024. Si bien hay peloteros mexicanos, es más que obvia la invasión foránea que existe de cara a una nueva odisea en la LMB.
Es, quizá, el año más importante desde el regreso del equipo a León.
No hay margen de error y, sin lugar a dudas, será vital que no se comiencen a hacer cambios a diestra y siniestra porque el club está ávido de IDENTIDAD.
Así, cambiando y cambiando, es muy difícil lograrlo.
Ilusionarse o no, eso depende de cada aficionado.
Yo, en lo personal, siempre estoy preparado para lo peor. Prefiero que me sorprendan a que, una vez más, me lleguen a decepcionar.
Ojalá me callen la boca…
-El Dugout del Gabo.