¿Te imaginas asistir a unos Juegos Olímpicos acompañado de tu hermano de sangre, que ambos compitan en la misma disciplina y que, por más increíble que parezca, ambos logren subirse al podio? Pues eso es lo que le sucedió a Iridia y Óscar Salazar, quienes asistieron a Atenas 2004 sin imaginarse que, con un día de antelación, ambos provocarían la algarabía de los mexicanos con sus respectivas medallas.
La proeza comenzó en el catorceavo día de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004; siendo más específicos, el jueves 26 de agosto de dicho año. Sin saber que esa sería su primera y única asistencia a la justa olímpica, Óscar Salazar, quien un ciclo antes, en Syndey 2000, se quedó fuera al ser eliminado en la semifinal del preolímpico que se realizó en Miami, se colgó la medalla de plata.
Después de ser tachado de ‘maricón’ por quedarse fuera cuatro años antes, el capitalino compitió con creces en la categoría de -58 kilos con un pasaje que hizo ver sencillo.
- En la primera ronda, venció 10 a 1 al dominicano Gabriel Mercedes.
- En la segunda ronda, venció 6 a 2 al ucraniano Oleksandr Shaposhnik.
Y en las semifinales, frente al vietnamita Nguyen Quoc Huan, aseguró medalla para México al vencerlo por pizarra de 8 a 0 para reafirmar su valía y soñar con el oro.
A pesar de los constantes e intensos dolores en su rodilla derecha, Óscar pudo vencer sus miedos y llegar hasta la gran final, donde más allá de haber perdido 5 a 1 contra Yen Chu Mu de China Taipei, su esfuerzo fue reconocido por propios y extraños en su país natal al ser la tercera presea de México en Atenas 2004 y la segunda en toda la historia del taekwondo mexicano.
Sin embargo, las buenas noticias procedentes del linaje Salazar no terminarían allí. Y es que solo un día después, el viernes 27 de agosto, su hermana, Iridia Salazar, salió al tatami para colgarse la medalla de bronce y con ello, culminar un trayecto lleno de sudor, lágrimas y esfuerzo.
- En la primera ronda de dieciseisavos, derrotó 5 a 2 a la colombiana Paola Delgado.
- En los 4tos de final, derrotó con ahínco a la uzbeka Irina Kayadashova al haber quedado empatadas 7 a 7.
En las semifinales, cayó, de manera cerrada, 3 a 2 frente a la coreana Won Jan Ji, quien, en el futuro inmediato, sería la campeona de la competencia con la medalla de oro.
Ese primer y único descalabro la llevó a disputar un repechaje que le permitiera competir por el bronce… y así fue. Teniendo enfrente a la italiana Cristiana Corsi, se hizo de la victoria por marcador de 3 a 2.
Así pues, en el último de los llamados días hábiles, Iridia hizo vibrar a todo un país en la pelea por el bronce contra la española Sonia Reyes.
Con la mirada cercana de su hermano Óscar, la mexicana comenzó a desesperar a su rival europea, quien cerró la competencia al grado de que Salazar comenzara a sumar puntos hasta el tercer asalto.
Sin embargo, aquello simplemente fue la excusa perfecta para que la mexicana sacara a relucir su talento y brillara ante la mirada de millones de espectadores alrededor del mundo.
Faltando 45 segundos en el reloj, Iridia Salazar sentenció la batalla con un 3 a 2 a favor que esperó la cuenta regresiva para hacer oficial la medalla de bronce para México y la segunda para el linaje Salazar.
Así pues, con solo un día de diferencia, Óscar e Iridia, hermanos e hijos de Reinaldo, quien lamentablemente falleció en junio del 2020 a causa del COVID-19, lograron una proeza inimaginable hasta ese momento: colgarse la medalla en la misma disciplina y en la misma justa olímpica con solo un día de diferencia.
Son, y con justo merecimiento, parte de la historia del olimpismo mexicano alrededor de todo el mundo.