Al paso que va la 4T, pronto tendremos un impuesto a la insolación, es decir a fotones que llegan a nuestros techos para producir electricidad. Han pasado años desde que las celdas o placas solares llegaron a alimentar casas y empresas. También se usaron en parques de gran extensión para el autoconsumo de grandes consorcios.
Para incentivar su uso, el gobierno y la CFE promovieron créditos y medidores que contaban la energía que daba la paraestatal y descontaba la que regresaban las celdas a la red. Todo iba bien. Quienes instalaron suficientes generadores solares redujeron su pago al mínimo. El trato era producir electricidad y desahogar la carga de CFE donde todos ganan. El problema surge cuando Manuel Bartlett y su espíritu sesentero quiso regresar al pasado.
Las empresas particulares produjeron a un tercio del costo que el de la CFE. Se pelearon con Iberdrola (por ser española y haber tenido de consejero a Felipe Calderón), quisieron cambiar la Constitución para estatizar de nuevo el control de la energía eléctrica, y por si fuera poco, redujeron la edad de jubilación de los electricistas haciendo imposible la salud de la paraestatal.
Como la CFE pierde dinero a manos llenas, quiere llenar el agujero cobrando más y no permite la producción privada. El presidente lo dijo claro: podemos exportar electricidad desde el norte del país, siempre y cuando las empresas privadas pongan la inversión y la CFE sea la controladora. Sabrá el cielo si hay valientes que se asocien con la CFE de Bartlett.
En lo doméstico pararon la colocación de celdas en la CDMX y traban las instalaciones particulares de autoconsumo en lugar de promoverlas. Sabemos que la CFE no tiene dinero para invertir para el futuro. Todo techo que produzca es un alivio para la paraestatal. No lo quieren entender.
La revolución de los paneles no tiene parangón. Con una inversión que se paga en tres o cuatro años, hogares y empresas podemos generar nuestra propia electricidad porque la tecnología bajó en un 80% su costo. El cambio es tan grande que las nuevas celdas se imprimirán en rotativa como este periódico y podrán colocarse en interiores. Imagine que en lugar de poner un tapiz en su casa, decora las paredes con celdas receptoras de luz.
Pronto los autos vendrán con baterías que podrían regresar la carga a las casas. La nueva camioneta Ford eléctrica tiene esa funcionalidad. Por tanto el siguiente cambio serán baterías baratas. Hoy son muy caras para almacenar, pero en poco tiempo y gracias a la competencia, habrá una solución. Si pudiéramos guardar un pedazo de sol a buen precio, no necesitaríamos de la CFE. Sin embargo, si un personaje como Manuel Bartlett sigue al frente de la lucha “4teista”, estaría dispuesto a cobrarnos impuestos solares; impuestos por insolación, impuestos por cada foco o celda en casa; impuestos por cualquier ocurrencia para alimentar al monstruo come dinero llamado CFE.
¿Qué pasará con Pemex el día en que el mayor porcentaje de los autos funcionen con electricidad barata? Llenar la batería a un eléctrico cuesta no más de 300 pesos por 100 KW, suficientes para recorrer 500 km; con paneles solares baja aún más. ¿Cómo daremos de comer al gigante traga dinero llamado Pemex, a su abultada deuda y su descomunal pasivo laboral? Antes de pensar en generar electricidad con granjas de paneles solares en Sonora y Chihuahua para vender a Estados Unidos, la preocupación debería ser cómo solucionamos la producción y productividad de las paraestatales para que funcionen como empresas verdaderas, que generen valor para el país.