En Francia el gobierno de Emmanuel Macron acaba de decretar una nueva obligación para los estacionamientos de autos: colocar paneles solares en sus techos. Ante el cambio a energías limpias el gobierno galo quiere aprovechar toda superficie que no se use para producir electricidad.
En Estados Unidos las empresas que se dedican a instalaciones de paneles solares recibieron un empujón con la nueva ley para la reducción de la inflación (Inflation Reduction Act). El gobierno subsidiará en impuestos y prestaciones a quienes instalen paneles solares y aerogeneradores para autoconsumo. En Escocia, Iberdrola y otras empresas, transformarán las costas del Mar del Norte con cientos de aerogeneradores flotantes. No entraré en los números pero los 50 gigavatios que generarán serán útiles para ciudades enteras.
En toda Europa hay urgencia por sustituir el gas y el carbón ante la crisis energética producida por la guerra. El conflicto acelerará la transición a energías limpias, ahora con un doble objetivo, emitir menos carbón y eliminar la dependencia de Rusia.
En México cada día escuchamos con mayor frecuencia en hogares, empresas, bancos, financieras y gobiernos lo que todos quieren: entrar al negocio de las celdas solares. Dondequiera vemos nuevas instalaciones y la gente cuenta animada cómo logró reducir su recibo de luz, tanto en el hogar como en las empresas.
Es un buen negocio para quien aporta el capital, para el consumidor, el medio ambiente y el país en general porque miles de instalaciones alivian la presión a la CFE. Comparadas con lo que produce una termoeléctrica o una hidroeléctrica, los paneles son microgeneradores pero el aumento geométrico en su instalación aumenta la productividad y reduce costos.
En el Aeropuerto Internacional de Guanajuato, la concesionaria instaló techos solares en el estacionamiento. Se adelantó a la ley de Francia. El Grupo Aeroportuario del Pacífico sabe que recuperará la inversión muy pronto. Como esto lo ven bien los bancos, están puestos para prestar a instaladores y particulares.
Vemos que el Gobierno federal es selectivo y castiga a los grandes productores como Iberdrola que con cualquier pretexto la sacan del mercado por asuntos que nada tienen que ver con la productividad. Pero eso va a pasar en dos años, cuando llegue un nuevo sexenio más racional y sin cuentas por cobrar al pasado.
El gobierno de Guanajuato, en contrapartida, también quiere extender el crédito para instalaciones de energía limpia. Imaginemos que SAPAL pudiera invertir en energía para su consumo e incluso para venderle al municipio. Sería un excelente negocio. La mentalidad empresarial ayuda a transformar todo. Empuja mucho que los gobiernos apoyen el cambio como lo hace Francia con mandatos precisos.
El odiado neoliberalismo es lo que mueve los mercados. Cuando una familia ve que su consumo de gas se reduce con un calentador solar; cuando una empresa invierte en paneles y sabe que cada peso que pone le va a ahorrar dos en el futuro, no duda en tomar un crédito.
Otra forma en que los gobiernos pueden ayudar a la transición es con la instalación de “electrolineras”. El proyecto de la ley de Biden para reducir la inflación, contempla la instalación de medio millón de puntos de carga para vehículos eléctricos en Estados Unidos que apenas llegaba a 114 mil en 2021, cuando Europa está por alcanzar el medio millón. La muy “comunista” China va muy adelante en la carrera porque ya tienen más de 1.15 millones de puntos de carga. La infraestructura de estaciones de carga será una ventaja competitiva para los estados que la adopten pronto. El Sol entrega su energía a quien quiera tomarla. Vale.