El país parece avanzar en dos carriles, el del verbo y la ideología política del partido gobernante y la realidad económica que sigue adelante a pesar de todo. En una entrevista que hicieron a la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja, la funcionaria habló igual que todos sus antecesores. Prudente, técnica y sobria en sus juicios acerca de la inflación, las tasas de interés y el reto que tiene el Banxico para cumplir con su principal tarea: dar estabilidad a la moneda y a los precios.
Ayer al escribir estas líneas el dólar interbancario se cotizaba en 19.34 pesos, un descuento de casi el 5% sobre la cotización promedio de hace unas semanas. El peso fortaleció su posición por las tasas de interés, las exportaciones crecientes y unos 5 mil millones de dólares mensuales que llegan en remesas.
Con un dólar barato será más fácil controlar la inflación que viene de fuera y crear expectativas positivas para el comercio exterior. El peso es una de las monedas que resistió el fortalecimiento mundial del dólar. Hoy muchos viajeros descubren que es más económico viajar de vacaciones a Madrid que a Miami, o que es más barato ir a Colombia que a Cancún, cuyos precios son cada vez más inalcanzables.
El problema es que, si siguen aumentando la tasa de referencia que está en 10%, los bancos quedarán con los cofres llenos pero cada día con menos clientela por el alto costo del dinero. Las hipotecas caras frenan la industria de la construcción y las tarjetas con tasas impagables lastiman el consumo.
El dilema es grande: para bajar la inflación hay que reducir la demanda pero pega al crecimiento y nos puede llevar a una recesión. Los próximos seis meses serán la gran prueba para la gobernadora del Banxico y los subgobernadores. Si atinan en los tiempos y en el techo de las tasas para lograr un “aterrizaje suave” de la economía, el segundo semestre del 2023 podría ser uno de crecimiento con menor inflación. Si se les pasa la mano, el primero en chillar será el gobierno porque en un ambiente recesivo durante las campañas, el gobernante puede perder las elecciones.
En una vía el Presidente habla de conservadores como el peor mal del país y el Banxico, por fortuna, ha seguido las políticas más conservadoras, incluso muestra de ello es que en un premio tradicional sobre ensayos de economía llamado “Reto Banxico”, los ganadores fueron chicos destacados del ITAM, la odiada catedral del neoliberalismo.
Decimos que por fortuna el Banxico no muestra ningún interés en seguir la retórica oficial. Mantiene su independencia. Si hubiera la ocurrencia de centralizarlo y que dependiera de Palacio, el problema no serían las marchas de los ciudadanos por las calles, sino la estampida de capitales y una devaluación de pronóstico reservado.
La agencia calificadora Moody´s había pronosticado una devaluación del 20% para los próximos meses. Nunca supimos de qué manga se sacó ese dato porque el peso más bien se apreció un 5%. Por lo que vemos, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramirez de la O., es uno de los funcionarios más competentes con los que cuenta la administración. Vamos a necesitar de toda su capacidad para equilibrar la economía del país durante el fin de sexenio, esa época donde han naufragado los gobiernos populistas.