El golpe del Brexit y la pandemia pusieron en una situación muy apretada al Reino Unido. A pesar de haber contenido el COVID, el costo de la inversión pública para que negocios y ciudadanos se mantuvieran a flote se convirtió en la inflación más grande de Europa.
En menos de un año ha tenido tres primeros ministros: Boris Johnson, Liz Truss y Rishi Sunak. El primero era popular pero desfachatado. Tuvo que irse después de haber sido descubierto en pachangas organizadas por él en 10 Downing Street, la sede de los primeros ministros. Mientras pedía encierro y moderación a sus gobernados, hacía fiestas con funcionarios y amigos.
Liz Truss le ganó la sucesión al Rishi Sunak. Duró poco. En apenas 44 días tuvo que irse tras un proyecto económico loquísimo donde bajaba impuestos en medio de una gran crisis fiscal. La libra se desplomó hasta casi llegar al valor del dólar; los mercados se hundieron y sus compañeros del parlamento la echaron.
Rishi Sunak, un descendiente de hindúes, fue elegido líder de su partido y en consecuencia primer ministro del Reino Unido. Un hombre de rostro afilado, delgado, deportista e inmensamente rico, asumió el cargo a los 42 años. Educado en el Lincoln College y con una maestría de negocios en Stanford, hizo carrera en Goldman Sachs para luego entrar de lleno a la política.
Ayer dio un discurso que da envidia de la buena. Inglaterra está sumida en su peor crisis económica por la inflación, las huelgas en el sector salud y en los trenes, desquician aún más la economía y el ánimo de los ciudadanos. La carestía llegó al 10.7% y los incrementos en el precio de la energía por la guerra en Ucrania llegan a más del 50%.
En esas condiciones cualquier líder saldría con vagas promesas de remedios, con datos irreales, un amuleto o con la mirada ausente en el infinito. Rishi Sunak comenzó su discurso diciendo:
“El Año Nuevo debe ser tiempo de optimismo y emoción aunque sé que muchos de ustedes ven el 2023 con aprensión. Quiero que sepan que como su primer ministro, trabajaré día y noche para cambiar eso rápido…”
Luego hizo 5 promesas: bajar la inflación a la mitad, hacer que crezca la economía, disminuir la deuda pública, reducir el tiempo de atención en el servicio de salud pública nacional y detener la inmigración ilegal.
Luego explicó que él había llegado hasta donde estaba gracias a las oportunidades de educación que recibió, por tanto fundará el futuro a largo plazo en la mejor educación posible.
El Reino Unido sufre un deterioro económico semejante al de nuestro país. Apenas en 2024 alcanzará la producción que tuvo en 2019. El compromiso de Sunak es enorme pero transmite confianza. Es un hombre triunfador que logró salvar la crisis del COVID desde su puesto como ministro de finanzas (Chancellor of the Exchequer) con Boris Johnson y ahora pone todo en juego con un proyecto preciso, específico, medible y posible. Una de sus frases más interesantes es de que debe cumplir lo que se promete y prometer solo lo que se pueda cumplir. “Sin trucos ni ambigüedades. Nosotros, o cumplimos con ustedes, o no lo hacemos. “Pido que nos juzguen por nuestro esfuerzo y los resultados que logramos”.
Sunak y su partido conservador están contra la pared, con las encuestas en su contra y presionados para llamar a elecciones. Tiene que lograr sus promesas en pocos meses. Por su determinación, honestidad y ascendencia hindú, esperamos que su pueblo lo apoye y él logre cumplir con sus promesas. Vale la pena que triunfe.