En Estados Unidos crece la preocupación por TikTok, el medio que domina el tiempo y las conciencias de los adolescentes. El invento nació en China y está controlado por el gobierno dictatorial de ese país. En un reportaje reciente de la televisión norteamericana, contrastan el contenido diferenciado entre los dos países en pugna.
En China Tiktok está descafeinado y dirigido. Los contenidos predominantes para los jóvenes chinos son de estímulo al conocimiento, los retos científicos e intelectuales y asuntos de mayor seriedad. Fuera de China es “China libre”. La red que surgió como exhibición de bailes chistosos pasó a ser un semillero de influencers, buenos y malos, semipornográficos, banales y en algunos casos útiles.
Con la libertad de Occidente la red tuvo la posibilidad de crecer sin límites de horario para los usuarios, sin censura política hasta convertirse en la red favorita en las campañas. Rodolfo Hernández, un empresario colombiano metido en la política y ex alcalde de Bucaramanga, casi logra la presidencia de la república gracias a su campaña llevada por expertos a TikTok. Ahora todo candidato ve que Twitter está superado en audiencia y potencia, aunque todavía sirva de referencia para el debate público.
El lado negro de TikTok surgió esta semana en Guanajuato con uno de los “retos” lanzados por adolescentes. Podrían usar cualquier red pero TikTok tiene la mayor potencia. Los mensajes pueden perturbar la mente de niños y adolescentes que sienten la necesidad de competir en cualquier babosada que les presenten. Podríamos discutir todo el día si es o no responsabilidad de la plataforma censurar invitaciones o retos que implican un peligro para los usuarios más débiles.
Tal es la preocupación de legisladores norteamericanos que hay un movimiento para prohibir TikTok, asunto que haría entrar en depresión a millones de jovencitas y jovencitos. Lo difícil para los legisladores y funcionarios del Departamento de Estado es ir contra la primera enmienda que consagra la libertad de expresión en la sociedad más abierta del mundo.
Los lobistas de TikTok trabajan horas extras para convencer al gobierno de EU que su red no es tan dañina. En México no escuchamos todavía una postura oficial aunque el dicho de “prohibido prohibir” del presidente puede prevalecer y no sumarse a una decisión drástica de cancelación o censura del contenido por nuestro vecino.
Después del triunfo de Donald Trump, nos enteramos de la guerra sucia llevada a cabo en Facebook desde empresas especializadas en distorsionar la realidad para sus seguidores.
Campañas negras, “fake news” sobre Hillary Clinton y otras lindezas como jovencitos de la República de Macedonia que crearon páginas de Facebook para alentar a los radicales de derecha. Con ello ganaban hasta 5 mil dólares mensuales por el tráfico generado, mientras los ingenuos ni siquiera sabían la procedencia de la propaganda.
Putin metió mano en apoyo de Donald Trump. La elección del 2016 fue la primera donde agentes externos influyeron en el resultado. TikTok podría ser determinante en la campaña del 2024, tanto en EU como en México. En nuestro país se sumarán millones de jóvenes a la elección, todos ellos o casi todos, influidos por los cortos breves, por mensajes inmediatos de 20 segundos. De hecho ya comenzaron su promoción Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal. En la oposición Lilly Téllez y Enrique de la Madrid también encuentran audiencias juveniles. Ninguno que aspire puede quedar fuera.