El presidente López Obrador dijo el viernes que Tesla no podría ir a Nuevo León porque no había agua. El argumento no tenía sustento porque aún en un desierto la fabricación de Tesla vale oro para cualquier país. Fue un golpe seco para los regiomontanos.

Todos pensamos que era presión para que Elon Musk escogiera otro lugar al sur del país como lo deseaba AMLO. Por fortuna el lunes Musk tuvo una conferencia con el presidente y poco tiempo después surgió la versión final: Tesla va a Santa Catarina, Nuevo León.

Hay que reconocer el cambio de opinión. Hubiera sido criminal entorpecer lo que será la fábrica más importante del país, la puerta hacia el futuro eléctrico y una enorme formación de capital económico y  humano alrededor del proyecto.

Detrás de la decisión debió estar la mano suave y persuasiva de Marcelo Ebrard. El canciller tiene consciencia de la importancia económica para el país que venga el hombre más rico del mundo a producir sus autos. También tiene la sensibilidad política para hacerle entender al presidente que una negativa hubiera sido perder para siempre la voluntad del estado más productivo. Hubiera sido un segundo Texcoco el impedir la inversión de 10 mil millones de dólares y muchos miles de millones más en empresas proveedoras.

Por fortuna todo salió bien, el presidente se pondrá una medalla muy merecida para su administración y el gobernador de Nuevo León, Samuel García, quedará en los cuernos de la luna.

Justo hoy a las 11 horas, Musk dará una conferencia para inversionistas sobre el futuro de su empresa. Incluirá los detalles sobre el acuerdo con México y seguro echará porras al gobernador y al presidente.

Ayer se difundió en los medios financieros otra regada del magnate. Dijo que lo más probable era que el COVID-19 hubiera salido de un laboratorio chino, tesis sustentada por el gobierno norteamericano. La autoridad china de inmediato le contestó que estaba equivocado y le dijo, traducido a términos coloquiales mexicanos, que no le diera de patadas al pesebre.

Musk construyó la planta de Shanghai en poco menos de un año, un logro inédito. Según afirma el gobernador Samuel García, la planta de Santa Catarina será la más grande del mundo. Tal vez por eso AMLO dio su brazo a torcer.

Otro beneficio de la llegada de Tesla es la oportunidad de atraer a otros competidores. Los beneficios del T-MEC en los estímulos fiscales que da Estados Unidos sólo los tienen Canadá y México. Los inversionistas chinos pueden traer sus fábricas. Según Charly Munger -un empresario sabio de 99 años- la empresa BYD de China es más competitiva y tiene mejor futuro que Tesla.

Con el anuncio en Austin, se abre la carrera para atraer  más fabricantes a Guanajuato y a otros estados. Según datos recientes, en China hay por lo menos 400 fabricantes de autos eléctricos, desde los más sencillos que valen unos 5 mil dólares, hasta los de mayor valor como los Tesla.

El magnífico anuncio dice que México sigue abierto a los negocios y a las inversiones extranjeras. El diseño económico de Carlos Salinas de Gortari y su idea del libre comercio puede leerse en un simple anuncio del puente Colombia, frontera de Nuevo León con Texas. Dice: carril especial para Tesla.

 

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