Por: Armando Fuentes
En una fiesta un tipo le dijo al invitado que estaba junto a él: “Mira nomás qué mujer aquella del vestido verde. ¡Cómo me gustaría ir a la cama con ella!”. “¡Oiga usted! -se encrespó el individuo-. ¡Esa señora es mi esposa!”. Se apresuró a acotar el otro: “Claro, pagando”. Susiflor, linda muchacha de temperamento romántico y apasionado, le preguntó a su amiga Rosibel, realista y mundanal: “¿Crees en el amor eterno?”. “Desde luego que sí -respondió ella-. He tenido como 14 o 15 amores eternos”. La esposa del señor Yasmino le contó llena de enojo: “Fui a una librería, y me encontré con que un sujeto sinvergüenza llamado Gustavo Adolfo Bécquer publicó un libro con todas las poesías que me escribiste cuando éramos novios”. En la merienda del Club de los Jueves una de las socias más jóvenes hizo una confidencia: “Entre acto y acto mi marido se fuma un cigarrito”. Otra de las socias, señora ya de edad, comentó: “Entre acto y acto mi esposo se fuma unas 100 cajetillas de cigarros”. Me alegró, aunque no me sorprendió, ver los resultados de la encuesta que el Grupo Reforma hizo en Coahuila, mi natal estado, acerca de quienes figuran como candidatos a gobernador en el proceso que culminará con la elección del próximo 4 de junio. Según esa encuesta, Manolo Jiménez, candidato de la coalición PRI-PAN-PRD lleva una clarísima ventaja sobre el contendiente que más se le aproxima, Santana Armando Guadiana Tijerina, de Morena: 51% de intenciones de voto contra 33. Otros dos candidatos figuran en el proceso, pero se hallan tan abajo en la preferencia de los electores que casi ni pintan en el arranque de la campaña. Los números, tan favorables a Jiménez, son muestra del deseo de los coahuilenses de que siga privando en el Coahuila el ambiente de seguridad, orden y paz que actualmente disfrutan, fruto del buen trabajo realizado en el actual sexenio por el gobernador Miguel Riquelme, labor reconocida y apreciada por los ciudadanos, independientemente de su afiliación política. En caso de ganar la elección, Manolo Jiménez sería continuador de esa obra, lo cual ciertamente no sucedería si Morena -es decir López Obrador- se apoderara del Estado. Se instaurarían entonces en Coahuila todos los males que caracterizan a la 4T: ineficiencia, improvisación, tolerancia para la delincuencia organizada, inseguridad, polarización social. En síntesis, mal gobierno. Los resultados de la encuesta de Reforma ponen de manifiesto que los coahuilenses no quieren eso para su entidad. Desde luego las encuestas no son oráculos ni augurios: son fotografías instantáneas que reflejan el estado de ánimo de un grupo de personas en un momento dado. Espero, sin embargo, que para bien de mi solar nativo se mantenga la ventaja que Manolo Jiménez tiene en el arranque de la contienda, y que se disipe así la posibilidad de la tragedia que sería para los coahuilenses el hecho de que AMLO metiera en Coahuila las manos. Y los pies. Babalucas tenía un amigo llamado Pitorrango que solía encantar a las mujeres con su modo de hacerles la corte y seducirlas. Una noche fueron a un antro y conocieron a dos hermosas chicas. Pitorrango le dijo a una de ellas: “Voy a hacer una rifa. Escoge un número del uno al cinco”. Respondió la chica: “Tres”. “¡Le atinaste! -exclamó Pitongo-. ¡El premio de la rifa soy yo!”. La muchacha se rio de buena gana y declaró: “Me gustará cobrar el premio al salir de aquí”. Babalucas, al ver el éxito de su amigo, se dirigió a la otra chica: “Voy a hacer una rifa. Escoge un número del uno al cinco”. Dijo ella: “Cuatro”. “Lástima -se afligió el badulaque-. Te pasaste por uno”. FIN.