La preocupación de la industria zapatera crece a medida que el peso mantiene su fortaleza frente al dólar (18.04 el interbancario de referencia). Los aranceles no representan una barrera y la importación de calzado popular vuelve a las tiendas. Lo mismo, o peor, sucede desde Vietnam.

En otro mercado, la venta de autos importados desde China crece y tiene a los distribuidores tradicionales muy preocupados. La competencia se prevé que sea feroz. Los precios de autos comparables son de un 10% a un 20% en favor de los chinos.

Lo que vemos pero no sabemos es que muchos modelos de General Motors también vienen de China como el económico Aveo. ¡Oh sorpresa!, la BMW iX3 también, según publica el portal especializado de autos Motorpasión con datos del INEGI.

Las cosas cambian tanto que Liverpool anuncia la distribución de la marca BYD, el  eléctrico más vendido en China. La gama alta de BYD (Bring Your Dollars, dicen en tono de broma) tiene calidad que compite con los europeos o norteamericanos.

Tesla distribuye sus productos por internet. Los eléctricos no necesitan cambio de aceite ni de bujías, y las mejoras en su operación son actualizaciones de software que vienen desde California.

Según reporta la revista Expansión, las marcas chinas obtuvieron el 15% de las ventas de autos en el país en enero. De seguir la tendencia, podrían adueñarse del doble del mercado en un par de años debido a los precios descontados, tal como hicieron con el famoso “dumping” de calzado.

Viene a cuento lo del dumping porque en China hay un sobreinventario de vehículos que ha creado una guerra de precios típica de un mercado maduro, el más grande del mundo. Según reporta el New York Times, la guerra interna hace que las marcas ofrezcan beneficios y descuentos nunca vistos. Las agencias, pletóricas de inventario, no encuentran cómo venderlo ante un mercado de “compradores”.

Así que veremos llegar muchos barcos repletos de coches chinos baratos. Para los consumidores es una oportunidad después de la sequía que hubo al salir de la pandemia. Los distribuidores se daban el lujo de pedir un adelanto para separar un vehículo que llegaría hasta 120 días después. El mercado de “vendedores” cambiará a uno de “compradores”, todo incentivado por la abundancia de marcas y vehículos nuevos. Mientras los chinos y norteamericanos hacen gestos por la guerra en Ucrania, empresarios de ambos países no pierden el tiempo y siguen con negocios como nunca.

La mejor noticia para el país en todos estos años fue el arribo de Tesla a Monterrey, donde producirá su automóvil que cambiará de nuevo toda la industria con un precio inferior a los 500 mil pesos.

En los próximos meses veremos hasta dónde llega el “dumping” de vehículos chinos. Por lo pronto ofrecen garantía de 10 años, son tan buenos como las marcas tradicionales y competirán con otros orientales como KIA, marca que desplazó en volumen a Ford desde hace rato.

Una segunda ola de autos eléctricos también vendrá de China, donde hay unas 300 marcas de fabricantes locales. Según el New York Times, al final de la década habrá autos eléctricos citadinos de 7 mil dólares en ese país. Eso cambiaría todo. Será cuando nos demos cuenta que la política energética del país con Dos Bocas y el parón a Iberdrola y a los particulares en la producción de energías limpias (y sucias) fue la peor decisión.

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