Por: Armando Fuentes.

“Necio es el peje lagarto, / inconsciente y presumido,  / que hace una fiesta en un cuarto / donde hay un muerto tendido”. Eso lo digo yo. Muy puesto en razón estuvo el obispo de Apatzingán, don Cristóbal Ascencio García, cuando con valentía le dijo al presidente que en vez del festejo por el aniversario de su llegada al poder debió decretar un día de luto por el alto número de muertes violentas habidas en el curso de su desempeño. Obvio es decir que AMLO niega eso, y culpa a los sexenios anteriores de los crímenes habidos en el suyo. Es fácil detectar cuándo miente López Obrador: cuando está hablando. Encerrado -cerrado- en su residencia palaciega habla de un México que solamente él ve, feliz, próspero, pacífico, mientras vastas regiones del país -entre ellas Michoacán- son dominadas por la delincuencia, e incontables mexicanos sufren a diario secuestros, extorsión, atentados criminales, muerte. Mucho debe haber sufrido ayer la vanidad de López. Por primera vez en lo que va de su mandato un nombre, el de Xóchitl Gálvez, ocupó más espacio en las páginas editoriales de los periódicos y en los medios de comunicación que el suyo. El surgimiento de esa figura con el carisma y la personalidad que ninguna de las corcholatas de AMLO tiene ha estremecido al jefe de la 4T, y de seguro lo tiene preocupado. Cerrada para la senadora la puerta del Palacio del monarca, desde adentro se escuchan los ladridos que provoca su irrupción en el panorama electoral. Estemos seguros de que a partir de ahora será objeto cotidiano de los denuestos, diatribas y ofensas del presidente, quien la combatirá a ella en vez de combatir al crimen organizado y a los múltiples males de todo orden que agobian al país. Ayer mismo circuló en la red una alevosa caricatura de su familia que constituye una bajuna infamia con la cual se deshonran los que la perpetraron y difundieron. Fue el mismo López quien al cerrarle la puerta de su Palacio a Xóchitl Gálvez la lanzó al estrellato. Seguramente no pensará que cada vez que la ataque la promoverá más y le dará mayor difusión nacional. Esperemos que la oposición sepa cuidar a esta excelente precandidata de modo que el avieso autócrata, diestro en argucias electoreras y en maniobras de politiquería, no destruya la esperanza que para millones de mexicanas y mexicanos ha surgido con la figura de esta mujer por tantos conceptos valiosa. Consumada la relación sexual el hombre cayó de su lado en la cama y la mujer quedó de espaldas en el suyo. “Al fin me sucedió -dijo ella-. He dejado de ser virgen”. “¿Cómo? -se asombró él-. ¿Quieres decir que nunca habías hecho esto?”. “Jamás -declaró la mujer-. Me prometí a mí misma que esperaría para entregarle mi virginidad solamente al hombre a quien amara; un hombre tierno, amable, dulce, caballeroso, educado, romántico, sensible e idealista”. “¿Y yo fui ese hombre?” -preguntó el tipo, halagado. “No -replicó la mujer-. Lo que pasa es que me cansé de esperar”. Un individuo y una individua -la Academia admite el femenino, aunque no se use comúnmente- entablaron conversación en la barra de una cantina. Las copas invitan a las confidencias. Im Wein ist Wahrheit, solían decir los antiguos monjes alemanes, buenos bebedores. En el vino reside la verdad. Él le dijo a ella, sombrío: “Cometí el grave error de casarme tres veces”. Confesó la mujer, más sombría aún: “Yo cometí tres errores graves sin casarme ni una sola vez”. Babalucas le propuso matrimonio a una chica. Le dijo ella: “Serías infeliz casándote conmigo. Soy ninfómana”. Replicó, vehemente, el tonto roque. “No me importa que consumas drogas, con tal de que me seas fiel”. FIN.

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