El senador Germán Martínez propone que los candidatos a dirigir el Frente Amplio por México renuncien en favor de Xóchitl Gálvez. Después de ver algunas encuestas parecería lo más sensato. En medio de la vorágine política anticipada, es difícil creer en las encuestas porque la mayoría de las veces no sabemos quién las ordenó y quién las paga. 

En las pasadas elecciones del Estado de México los márgenes de error fueron de hasta el 10 %, algo que indica una mala lectura del electorado. Ayer por la mañana, en el programa de Ciro Gómez Leyva, una encuestadora llamada “México Elige”, dio a conocer un sondeo donde Xóchitl tiene 5 veces más intención de voto que Santiago Creel y Enrique de la Madrid. La candidata obtiene el 50 % de las intenciones; Santiago y Enrique sólo 10 cada uno. Todos los demás reciben, cuando mucho, un dígito. 

Pensamos que es exagerado, pero hay otra encuestadora que lleva un “tracking poll” o encuesta diaria, llamada Rubrum. En su trayectoria de análisis, Xóchitl crece desde un 30 % hasta un 43 % en cuatro semanas, mientras que Santiago se desploma a un 16 % y Enrique crece hasta un 13 %. La suma de las intenciones para Xóchitl es más grande que la de los tres siguientes competidores. 

Por eso parece buena la sugerencia del senador Martínez. Él ha visto al adversario y es López Obrador. Si todos “tejen como arañas”, seguro que pueden atar al presidente. Cuando amigos y familiares entusiastas del Frente dicen que es una lata registrarse para la votación y para la reunión de firmas, no deben tener mayor preocupación porque el desenlace está cerca, pero tal vez no tanto como lo sugiere el senador Martínez. 

Si la ola de la X crece como un tsunami, en tres o cuatro semanas todo estará definido. Sería ocioso el esfuerzo de una elección nacional donde todos saben de antemano el resultado. Pero se perderían varias oportunidades. 

Los debates entre los tres punteros serían una sabia presentación del horizonte que cada uno ve para el futuro del país. Propuestas y contrapropuestas, tesis y antítesis. Conocer de cerca las ideas de Xóchitl, Enrique, Santiago y Beatriz puede refrescar el ambiente político de la nación. Además serviría para sacar la distracción cotidiana de Palacio, donde está centrado todo el debate.

Hay un México fuera de Morena, el presidente y sus corcholatas. Al único que podemos escuchar porque es inteligente y preparado es a Marcelo Ebrard, aunque después de prometerle una secretaria de la 4T a Andy Lopez, perdió la mitad de su prestigio. 

Lo que sí se puede hacer desde ahora es conformar el equipo de apoyo, la estructura nacional donde los ciudadanos puedan participar como arañas tejedoras. Ese sería el primer paso. El gobierno tiene sus legiones de los llamados siervos de la Nación y seguro formarán sus comités de la defensa de la 4T, como en Cuba. Con la tecnología de redes y la inmediatez de la información, en dos o tres semanas puede haber mil capítulos de apoyo al frente en toda la Republica. 

Hay dos factores en contra: el desconocimiento del Frente Amplio por México en los sectores populares y los recursos extraordinarios con los que cuenta Morena, igualito que el PRI en sus mejores días. La batalla se repite, sólo que ahora el Frente cuenta con un sinfín de medios lastimados desde Palacio. Esto también cuenta.

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