“Estupidisimo no es otra cosa que la estupidez convertida en sistema político y modo de pensar como norma de pensar de un colectivo en cuclillas…”.
Antonio Piedra
Columnista del Diario de Castilla y León
Hay palabras no registradas pero con necesidad urgente de ser incluídas en el Diccionario de la Real Academia. Comencemos.
La trascendencia del escándalo de los nuevos libros de texto llegó a la televisión. Javier Alatorre, conductor de noticias de TV Azteca, sabe la importancia del sentido y tono de sus transmisiones. Ricardo Salinas Pliego, su jefe, debió estar muy molesto por la ideología de la llamada “Nueva Escuela Mexicana”.
Alatorre arremete con altavoz en contra del presunto proyecto comunista de la SEP. Como si estuviéramos escuchando a un representante del Yunque o de la ultraderecha radical, advierte una intentona de Marx Arriaga para infectar a los niños del “virus” del comunismo. El video corre en redes porque es inusual una postura adversaria a López Obrador. En Twitter o en cualquier red es normal encontrar posturas antagónicas al gobierno. Carlos Loret de Mola, Joaquín López Dóriga, Pepe Cárdenas o Ciro Gómez Leyva, entre otros, muestran libertad de expresión en sus medios.
La televisión abierta siempre está con el régimen en turno. Televisa, TV Azteca e Imagen, nunca osaron salir de un gris respeto al gobierno. Sólo ahora Salinas Pliego brinca la barda en defensa de los niños y en contra de su amigo López Obrador. Aunque el enfoque de extrema derecha no ayuda mucho a comprender la dimensión del problema, al menos empuja la crítica ante el estupidismo como ideología de la SEP.
¿Cuál comunismo? Los libros de texto son una estupidez mayor, un proyecto editorial de personajes oscuros e ignorantes. En los textos dejan ver su falta de conocimiento pedagógico, su proclividad a postrarse en cuclillas o de rodillas ante el presidente, incluyendo falsedades como el presunto fraude electoral del 2006.
Todas las ideologías son respetables, sin ellas no habría política ni democracia. Por eso el grave defecto de los textos no son tanto las viejas ideas de Paulo Freire, Marx o los poemas de Federico García Lorca. La vergüenza es la pésima calidad de los contenidos donde el autoctonismo, el primitivismo cultural y el pobrismo son muestra de aspiraciones miserables. Puro estupidismo.
El régimen abre la puerta a una batalla ideológica imposible de ganar. Más allá de la opinión del magisterio, los padres de familia verán la estulticia pura frente a sus ojos. Sin potencia en lenguaje, matemáticas, geografía y ciencias, las familias rechazarán los contenidos. Si la SEP se empeña en inyectar a niños y jóvenes el virus del estupidismo, el intento puede convertirse en uno de los últimos clavos de la 4T.
La terquedad palaciega puede tener un efecto semejante a la calumnia(s) contra Xóchitl desde Palacio. Por lo pronto Guanajuato pinta su raya (excelente) y no entregará esos bodrios*. Daremos la lucha por respeto a la inteligencia, capacidad y dignidad de nuestros niños. Ellos merecen l
o mejor. La educación, como bien dice Paulo Freire, es el mejor instrumento para lograr la libertad, tanto individual como comunitaria.
No es lo mismo destruir un aeropuerto, un sistema de salud como el seguro popular o la seguridad con políticas locas de abrazos y no balazos, que destruir la educación pública. Pura dinamita en los cimientos futuros de la nación.
Todo por puro resentimiento.
* Bodrio: Caldo con algunas sobras de sopa, mendrugos, verduras y legumbres que de ordinario se daba a los pobres en las porterías de algunos conventos. RAE.