Quienes siguen los foros del Frente Amplio por México, pueden notar una evolución favorable de los candidatos. En el último encuentro en Monterrey el sábado pasado, Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes y Santiago Creel presentaron su visión de país en los temas de pobreza y crecimiento económico. 

Xóchitl tiene la mayor capacidad técnica, Beatríz, llena de elocuencia, domina como nadie el oficio de la política; Santiago Creel muestra pasión por México y por el estado de derecho. Sería muy largo exponer lo que se dijo en hora y media, pero es fácil imaginar un gobierno de reconstrucción nacional con el talento de las dos mujeres y el oficio de Creel. 

Imaginamos a Xóchitl de presidenta, a Beatríz Paredes en la Secretaría de Gobernación; a Santiago Creel como asesor jurídico de la presidencia. Pensamos que Enrique de la Madrid sería un extraordinario secretario de Relaciones Exteriores, encargado de llevar de nueva cuenta al país al concierto de naciones, a la atracción de inversión y el desarrollo del turismo. 

José Ángel Gurría podría ser el secretario de Hacienda o el diseñador del nuevo modelo económico y fiscal del país. Para rescatar a Pemex el mejor sería José Antonio Meade. Con mano firme y su talento, transformaría la paraestatal en una gran empresa competitiva y rentable. Él daría confianza inmediata a los mercados internacionales de deuda. El puro ahorro de la tasa de interés que obtendría Pemex por la confianza de estar en manos de un experto intachable, la pondría en el camino de su rescate.

Ildefonso Guajardo negoció el T-MEC y sabe, como pocos, lo que significa la oportunidad del Nearshoring. Él atraería nuevas inversiones y promovería una imagen renovada del país ante Estados Unidos y el mundo. 

Para reconstruir el sistema de salud pública y diseñar un modelo ampliado de atención de salud universal es necesario el talento y conocimientos de los doctores Julio Frenk, José Ángel Córdova y José Narro, por ejemplo.

El trabajo más complicado para el siguiente sexenio sería la Secretaría de Seguridad Pública. El ex gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, supo cómo pacificar su entidad y podría ser una opción inteligente y probada para rescatar los territorios perdidos y ayudar a los estados fallidos a recuperar su soberanía.

Un gobierno de coalición tiene la ventaja de poder nombrar funcionarios sin compromisos como los tienen los partidos cuando llegan al poder. Necesitamos mérito, conocimiento y honestidad. Para lograrlo hay que pagar sueldos acordes a la responsabilidad y no al capricho de que todo mundo gane por debajo del salario del presidente, cuando sabemos que el sueldo del mandatario es irrelevante frente al gasto público en la manutención de Palacio y las prestaciones implícitas al puesto. La pura colegiatura, renta y gastos del hijo en Londres equivalen al sueldo neto del papá. 

En el país sobran personas preparadas y talentosas para iniciar esa reconstrucción de las instituciones. Rogelio Ramirez de la O, el actual secretario de Hacienda, es un buen ejemplo de funcionarios probos y competentes. Lo mismo podemos decir de Omar García Harfuch, quien hace un gran papel en la seguridad de la CDMX. Hay muchas instituciones públicas como el INEGI, el INE o el Banco de México que funcionan bien y sin mayores escándalos de corrupción. 

El Poder Judicial tiene problemas pero la mayoría de los ministros de la Corte son patriotas y defienden su independencia, como lo marca la Constitución. Su renovación y actualización son indispensables para el México del Siglo XXI. 

Esperemos mañana a los candidatos en León. Será todo un acontecimiento. 

 

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