Dice Xóchitl que en Acapulco ni el gobierno podrá solo, ni habrá ejército suficiente. La candidata de la oposición para el 2024 propone al Presidente que abra la ayuda directa de la sociedad. “Necesitamos a todos los mexicanos, nadie quiere lucrar con la tragedia”.
Xóchitl enumera 4 prioridades: Una, restablecer el suministro de energía eléctrica; dos, asegurar el abastecimiento de agua e instalar potabilizadoras; tres, reconectar las cadenas de abasto de alimentos y artículos de primera necesidad con la ayuda de la Cruz Roja; cuatro, activar un plan de salud para atender y prevenir enfermedades.
Hoy todo es prioritario en Guerrero: luz, agua, comida, medicinas y dinero, que mucho dinero se reparta entre los damnificados. Es probable que la quincena de fin de mes no llegue a todos quienes estaban empleados antes del huracán. El gobierno debe apoyar a las familias como lo hicieron otros países durante la pandemia. ¿Cuánto será y durante cuánto tiempo? No lo sabemos, pero es indispensable destinar miles de millones de pesos a las familias de aquí a que termine el año.
Quienes están en nóminas y bajo el amparo del Seguro Social, podrían recibir en sus tarjetas los recursos. Sabemos que robaron los cajeros automáticos completos y desconocemos cuántos bancos estén abiertos y tengan suficientes billetes para distribuirlos. El Banco de México también tiene que intervenir enviando toneladas de efectivo. Solo así volverá a tomar impulso el comercio, indispensable para resucitar la economía.
Es tanto lo que se tiene que hacer en tan poco tiempo que hacen falta las mentes más organizadas de la sociedad para liderar el rescate. La parte más difícil será la entrega de recursos en directo a quienes trabajan por su cuenta o complementan su ingreso con propinas.
Existe una enorme voluntad de ayudar a nuestros hermanos de Guerrero. Todos estamos dispuestos a entregar recursos, el monto según la capacidad de cada quien. El problema es cómo canalizarlos. La banca inició una campaña de entregar un peso por cada uno que done un ciudadano. Eso duplica de inmediato las ayudas. Además la banca es confiable; sabemos que destinarán bien los recursos. No dudamos de que darán una información exacta de cuál fue su destino. Lo que dijo el Presidente con desprecio sobre las ONGs no obedece a la realidad. La Cruz Roja es una ONG, los clubes sociales, las asociaciones de profesionales y las cámaras empresariales donarán con la mayor generosidad, solo en espera de aliviar el sufrimiento de nuestros compatriotas.
Los trabajadores de la CFE trabajan día y noche para restaurar más del 50 % del servicio eléctrico. Eso traerá agua, luz y confianza. Bien por ellos: están donde los necesitan.
Jamás en el tiempo que tenemos cubriendo las noticias alguien nos dijo que los ciudadanos no teníamos el derecho de ayudar en directo ante las desgracias nacionales. Con gusto aceptamos y deseamos que el Ejército y la Marina participen como siempre lo han hecho: con patriotismo y amor a México. Pero no pueden ser los únicos en distribuir y entregar lo necesario.
La ayuda vendrá de quienes quieran, como quieran y cuando quieran (somos millones). Sólo faltaría que nos quitaran el derecho de ayudar. No somos Cuba ni Venezuela.
**Votar es un acto de solidaridad**.
Gsz