“Casi todos los grandes líderes, grandes atletas, grandes filósofos han sido duros”
Ryan Holiday
¿Qué tan duro se necesita ser para regresar la paz al país, al estado y a nuestras ciudades? Difícil saberlo, lo que sí podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, es la necesidad de fortaleza de carácter, honestidad, apertura al cambio y determinación inquebrantable, también llamada tenacidad.
Hay líderes que se enamoran del cargo, del poder y lo que produce en el alma y, en parte de los casos, del llenado de bolsillos. Se alejan de la tarea y las responsabilidades asignándolas a otros, culpando a otros, insultando y odiando a otros, con otros datos, con estadísticas torcidas y mentirosas. En el fondo son pequeños.
Nos urge saber cuáles son las propuestas de las mujeres que nos quieren gobernar. La última ocasión en que sugerí hace tres años que un ciudadano de nombre… estaba mejor preparado para dominar y someter a los violentos de nuestra ciudad que la ciudadana… la entonces alcaldesa de Celaya lanzó una enorme demanda de 3 kilos por violencia política de género. La sentencia fue la picota, un lugar que nunca he visitado ni visto porque debe haber muchos otros con diferente grado de culpabilidad. Me dicen que pasó el tiempo suficiente para quitarme de ese desconocido lugar.
Así que ahora pido permiso al lector de referirme a nuestras 6 candidatas con todo respeto pero no con menos sentido crítico que amerita el momento, la gravedad y la altura de nuestra circunstancia. Xóchitl y Claudia van por la nación; Libia y Alma por el estado; Alejandra y Bárbara por la ciudad. La última pretendió ser víctima también de nuestros escritos que describieron la enorme corrupción durante su trienio. Sus alegatos fueron desechados por los jueces porque no se trataba de violencia de género sino simple descripción sin género.
Ahora podemos decir que, con algún grado de diferencia, todas las candidatas son de carácter duro. Pero la reciedumbre no es suficiente como decíamos antes. Las preguntas deben ser sencillas: ¿qué van a hacer para parar los homicidios, las extorsiones, la pérdida de libertades por el temor ciudadano de salir a carretera o a la calle durante la noche? ¿Cómo van a recuperar los territorios perdidos y parar las masacres?¿Cómo van a atender las necesidades de las madres y padres que tienen hijos, maridos o hermanos desaparecidos? ¿Cuál va a ser su receta para combatir la corrupción que corroe todo y está peor que nunca?
Cada una al nivel de responsabilidad al que aspiran, debe tener planes precisos para lograr que esa ruptura de la barrera de cristal sea un triunfo para todos. Tenemos que desear que la salida del patrón patriarcal sea todo un éxito político, social y económico. Porque la mujer puede tanto o más que cualquier hombre, porque la gran conquista de nuestro tiempo es la liberación femenina y de género, referido al desencadenamiento de quienes antes vivían su orientación sexual en clósets, ocultos del público, de la alegría y del sol. El inédito alineamiento de sólo mujeres candidatas para país, estado y ciudad, no debe cambiar la medida de nuestras demandas. Por respeto a todos, las exigencias no pueden ser rosas o azules, blancas o negras, mayores y menores. Eso no puede quedar en duda. Parafraseando a Deng Xiaoping, no importa que tengamos lideresas o líderes, lo que queremos es que atrapen ratones.
**Ten carácter para ser mexicano: vota”